Durante el embarazo, algunos alimentos pueden representar un riesgo para la madre y el bebé, por lo que es importante saber qué evitar. En primer lugar, no se recomienda consumir carnes, pescados o huevos crudos o poco cocidos, ya que pueden contener bacterias como Salmonella o Listeria, que causan infecciones peligrosas. También deben evitarse los quesos blandos no pasteurizados, como el queso de cabra o el queso blanco artesanal, por el mismo motivo.
El alcohol y el tabaco están completamente prohibidos, ya que afectan el desarrollo cerebral del bebé y aumentan el riesgo de parto prematuro. Tampoco se debe abusar de la cafeína (presente en café, té, gaseosas y chocolate), ya que, en exceso, puede afectar el crecimiento fetal.
Ciertos pescados grandes, como el pez espada, el atún rojo o el tiburón, deben evitarse, especialmente si provienen de zonas contaminadas, ya que pueden contener altos niveles de mercurio, un metal tóxico para el sistema nervioso en desarrollo.
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