Mafias, sicarios y grupos criminales

En los últimos años la delincuencia se ha enraizado en el Perú. Mafias, sicarios y grupos criminales han surgido en medio de la gran ola de corrupción que azota al país. Una lacra que viene siendo alentada por la incapacidad y deficiencias del mismo gobierno responsable de garantizar la seguridad ciudadana. A diario se informa sobre coimas y cobros indebidos en la policía, poder judicial, ministerio público, penales y entidades encargadas de velar por el orden, la moralidad y las buenas costumbres.

Todo es un caos y desgobierno. Los 'marcas ' y 'raqueteros' se desplazan a su antojo por las calles de la ciudad y andan armados hasta los dientes en carros robados. La policía dice que hace batidas, pero raras veces apresan a los pistoleros. Los 'piratas' desvalijan a diario a los pasajeros en las carreteras de Lima y provincias. Los traficantes de terrenos promueven como si nada las invasiones en todo el país. Ahora los delincuentes hasta se meten con todos a las casas y encima desalojan a las familias alegando que ellos son los 'dueños'. El gobierno cambia a cada rato a ministros del interior o pone en el cargo a personajes incapaces que les tiembla la mano para luchar contra el hampa que tiene hasta mejores armas y equipos que los policías.

Existe una red de delincuentes que falsifican títulos de propiedad para adueñarse de grandes terrenos y venderlos al mejor postor para construcción de viviendas. El más claro ejemplo es que lo que se viene viendo sobre el asesinato del hijo del alcalde de San Juan de Lurigancho, el joven Carlos Burgos, quien fue víctima de una mafia de extorsionadores que se han adueñado de Jicamarca. Lo mismo sucede con las bandas norteñas de la 'gran familia' y la 'cruz de Piura' donde están implicados oficiales de la policía y hasta el árbitro FIFA Hugo Pacheco. Temibles organizaciones criminales que tienen hasta sicarios encargados de amenazar y matar a los que no se someten al pago de cupos. Ante esta alarmante mafia, la policía tiene que extender sus investigaciones hasta los registros públicos y algunas malas notarías que se estarían prestando para 'legalizar' las extorsiones.

A lo largo y ancho del país se han formado grupos criminales con el apoyo de malas autoridades, así como una pésima administración en los penales donde los hampones tienen sus centros de operaciones dirigidos por lo más peligrosos hampones como 'Timaná' o el 'Cholo Jacinto' que maneja toda una banda de extorsionadores especialistas en cobrar cupos en obras de construcción en Lima y Callao. Esos cobros los arreglan a balazos con muertos y heridos. Los mismos constructores se ven obligados a contratar fuerzas de choque para protegerse de los delincuentes, ante la falta de seguridad policial.

Ollanta hasta ahora no ha hecho nada de lo que prometió por la seguridad ciudadana, por lo que millones de peruanos le dieron su voto. Se creía que por ser militar, tenía una estrategia para la lucha contra la delincuencia. Estamos peor que antes. Y, como ya se acercan las elecciones presidenciales hay candidatos como Alan García que está ofreciendo hasta pena de muerte para los asesinos. Sigue la demagogia. Nada se podrá lograr mientras impere la corrupción y la inmoralidad desde las más altas esferas del gobierno. A las mafias y sus sicarios hay que combatirlos con toda la fuerza de la ley y dando el buen ejemplo. Porque mientras exista el desgobierno, la mentira y la falta de autoridad, los delincuentes terminarán por adueñarse del país como viene ocurriendo en Venezuela.