Por: Sara Abu Sabbah

Nada mejor que preferir las frutas de estación. Estas están en su mejor precio y en su mayor potencial de calidad nutricional.

La sandía está de temporada. Uno de los beneficios es que aporta mucha agua y contribuye con la hidratación; dos porciones generosas de sandía pueden llenar de agua un vaso. Esta característica la hace ideal para el adulto mayor que muchas veces no acepta el agua. Además, no requiere de mucho trabajo masticatorio.

Una de las vitaminas que destaca en esta fruta es la vitamina A, pero una en especial llamada licopeno que, de acuerdo a las investigaciones, ayuda a retrasar el crecimiento de la próstata.

Cuando elijas la sandía, revisa que tenga un color verde intenso parejo salvo la parte inferior que va al suelo y cuyo color cremoso muestra un proceso de maduración adecuado. Es bueno darle unos golpes con la palma de la mano y oír el sonido hueco que es también signo de madurez. Tener en cuenta que, a pesar de su sabor dulce, cada 100 g aporta solo 20 calorías y puede incluirse en un plan para perder peso.