Es un ejercicio de tensión dinámica que tonifica los músculos del cuerpo, especialmente los de la zona abdominal. Durante el plank, es importante ser consciente de la respiración. A los tres minutos, el cuerpo comienza a temblar, se libera la tensión y empiezas a sudar como si hubieras trotado. Fortaleces indirectamente los brazos y las piernas, y también se fortalece la voluntad. Lo máximo que he durado fueron 9 minutos.
Otro de los beneficios es que ayuda a estabilizar, equilibrar y potenciar el cuerpo durante casi todas las demás actividades. La fuerza central (nuestro abdomen o core) es la base de todos los movimientos atléticos potentes y coordinados. Un core fuerte reduce el estrés en las articulaciones y permite lograr una mejor postura.
El ejercicio de plank también se puede utilizar como base para una prueba de fuerza y estabilidad de los músculos centrales. Y dado que el plank es más un ejercicio de fortalecimiento que cardiovascular, ayuda a involucrar una variedad de músculos, lo que hará que tu cuerpo queme más calorías.
El plank toma solo entre 1 y 3 minutos y se puede hacer en cualquier lugar. Este ejercicio protege tu espalda. La capacidad de reforzar el centro de tu cuerpo es importante para muchas actividades diarias. Nuestro núcleo debe ser fuerte para proteger la columna vertebral al realizar acciones que pueden causar dolor de espalda, como levantar a tu hijo o inclinarse hacia adelante para recoger algo del piso.
Este ejercicio también ayuda a mantener la parte inferior de la espalda en una posición más recta cuando estás sentado o de pie. Por último, tiene un efecto positivo en nuestra salud mental. Ver cómo te vuelves cada vez más fuerte es muy motivador. Como mencioné, la respiración es clave mientras realizas el plank para involucrar aún más los músculos centrales.
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