Partamos de la premisa que el objetivo de los líquidos es reponer lo perdido, pero también es cierto que mientras la sensación de frío es intensa, las ganas de beber agua se alejan.

No obstante, aún en climas templados y cuando no se percibe el sudor, el cuerpo sigue perdiendo líquido y necesita recuperarlo.

Siempre hemos comentado que los mejores líquidos son los naturales y aquellos que no contienen azúcar y que el agua es el mejor líquido hidratante. Sin embargo, frente al frío es oportuno que estos líquidos sean calientes y aporten además algunas vitaminas y minerales.

Alternativas calientes como agua de manzana, emoliente, agua de cebada, infusiones de hierbas naturales como jamaica, anís, muña e, incluso, caldos de verduras son excelentes alternativas. La fruta fresca también debe ser parte de la lonchera porque aportan agua, pero también vitaminas como la C que contribuyen con la salud.

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