Armar un menú o plato de comida se basa en la variedad y el balance. El balance se refiere a la proporcionalidad entre grupos de alimentos, es decir, entre la proteína, el carbohidrato, la grasa y los vegetales.

Una manera fácil de ilustrarlo es que la mitad del plato sea verduras; un cuarto del plato, alimento proteico, y el otro cuarto, carbohidratos. La grasa puede estar presente en aceite de oliva en la ensalada, en palta o semillas.

La variedad significa que, dentro de cada grupo de alimentos, se elige cada vez una opción diferente, pero además que tenga cualidades nutricionales diferentes. Por ejemplo, si hablamos de alimentos proteicos tenemos carnes rojas (fuente de hierro), blancas (más bajas en grasa), pescado (fuente de omega 3) y estas requieren una frecuencia especial. El pescado se puede consumir 3 veces a la semana, la carne roja hasta 2 veces y el resto del días carnes blancas.

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