Creer que la suplementación es suficiente para cubrir todas las necesidades durante el embarazo es un error. Si bien es necesario complementar la dieta, es fundamental mantener una alimentación equilibrada sin excesos.
Existen varios nutrientes que pueden requerir suplementación, pero entre los más importantes se encuentra el ácido fólico, que idealmente debe comenzar a tomarse antes de la concepción y continuar durante el primer trimestre. El ácido fólico es crucial para prevenir defectos del tubo neural en el desarrollo del bebé.
Las necesidades de hierro aumentan debido al crecimiento del bebé y a la expansión del volumen sanguíneo materno. Por ello, la suplementación con hierro es importante. Además, si no se consume pescado graso de 2 a 3 veces por semana, es recomendable añadir un suplemento de omega 3.
El calcio también es esencial para el desarrollo de los huesos y dientes del bebé. Si la madre no consume suficiente calcio, su cuerpo lo extraerá de sus propios huesos, lo que puede afectar su salud ósea a largo plazo.
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