De estar entera darle algunos golpes al fruto, con los dedos o la palma de las manos, para comprobar que esté maduro. Si es así debe sonar a “hueco”.
De estar entera darle algunos golpes al fruto, con los dedos o la palma de las manos, para comprobar que esté maduro. Si es así debe sonar a “hueco”.

Al comprar una sandía elige aquella con la cáscara lisa, firme, sin quemaduras de sol ni magulladuras o cicatrices. Observe que el lado de la cáscara que da al suelo tenga un color cremoso. Si la compras partida, verifica que la pulpa esté sólida y jugosa. De estar entera darle algunos golpes al fruto, con los dedos o la palma de las manos, para comprobar que esté maduro. Si es así debe sonar a “hueco”.

La sandía puede conservarse a temperatura ambiente o refrigerado, es posible congelar la pulpa aunque perdería líquidos (pero conserva sus propiedades). Este fruto es muy rendidor, rico en agua y fuente de licopeno, una forma de vitamina A de gran poder antioxidante.

Puede consumirse en cualquier momento del día, incluso en el desayuno. La mejor manera de comerla es fresca. No necesita acompañarla de otro alimento, pero si le antoja algo más, una buena porción de queso fresco le va muy bien. Por la cantidad de agua que concentra es ideal para temporadas de calor ya que contribuye con la hidratación.

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