La cancha de fútbol de Carmen Alto, en , que está pegada a un inmenso cementerio y donde alguna vez jugó el ahora mundialista , sigue polvorienta y convertida en botadero de basura.

Además, sus dos únicas graderías se están desmoronando. No hay cerco perimétrico, no tiene agua, y los nichos del camposanto se confunden con las tribunas. Además, cerros de desmonte y basura se acumulan detrás de uno de los arcos. Y la construcción de dos pisos hecha para camerinos y oficinas, parece una letrina y en las noches es madriguera de gente de malvivir. Está sucia, con puertas rotas y oxidadas, y maloliente.

En total abandono

El estadio de la Quinta Zona de Belaunde, como también se le conoce, es administrado por los dirigentes de la Liga Carmen Alto, que apenas limpian lo que pueden y la habilitan para los partidos de los domingos.

“(La Municipalidad de Comas) solo llega para cobrar cuando hay fiesta, como el 1 de noviembre, y después el canchón no existe”, se queja el dirigente Fredy Aguilar. Explica que para esa fecha, cuando la gente acude al cementerio, el pampón es cedido para juegos mecánicos, circo y fiestas con orquestas .Aguilar recuerda que en innumerables ocasiones han enviado documentos y proyectos al municipio, pero nunca han obtenido respuesta.

“Cuando hay elecciones, los candidatos vienen y prometen de todo, y después se olvidan”, lamenta.

Añade que el poco dinero que recaudan con la cuota de los equipos sirve apenas para marcar la cancha, pagar a los árbitros y comprar los premios.

Ubicado al pie de un cementerio, el canchón de tierra carece de cerco y servicios básicos.

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