Rosa María Muñoz es la primera narradora deportiva en el Perú. (Foto: GEC)
Rosa María Muñoz es la primera narradora deportiva en el Perú. (Foto: GEC)

Rosa María Muñoz estudió para convertirse en veterinaria por su gran amor a los animales. Sin embargo, otra de sus más grandes pasiones apareció de repente para dejar huella en su camino profesional, siendo este el deporte, especialmente el . Sin imaginar que su voz marcara un antes y un después en el periodismo deportivo, hoy a sus 24 años Rosa María se convirtió en la primera narradora deportiva en el país.

Creció en el barrio de Mirones en el Cercado de Lima, un ambiente humilde donde, junto a su hermana y sus dos padres, tuvieron que batallar día a día para poder salir adelante. Con mucho esfuerzo y dedicación, la joven que la rompe actualmente en DirecTV Sports habló con acerca de sus inicios y sus más grandes sueños como narradora.

¿Cómo inicia esta pasión al deporte?

Yo creo que va mucho ligado al colegio donde yo estuve y a la familia, especialmente por mi papá. En mi colegio se practicaba mucho deporte, tenía ADECORE, entonces siempre tuve esas posibilidades bien abiertas en cualquier momento, esto me hizo crecer en un ambiente donde yo sabía que era algo cotidiano, a diferencia de otras personas que no han tenido esta suerte y sí se les ha rechazado un poco, sobre todo el fútbol siendo una mujer.

En cuanto al fútbol, ¿podría decirse que tu papá fue como un mentor para ti?

Acompañaba a mi papá desde muy chica a las pichangas, me hablaba de fútbol, de sus partidos, sobre todo de su equipo, Universitario de Deportes, creo que esto fue una influencia grande, que sea hincha de un equipo y que siempre esté ahí pendiente de ello.

¿Recuerdas la primera vez que pisaste un estadio?

Fue a los 15 años, yo siempre le pedía para ir a mi papá, pero recién me llevó a esa edad porque uno creyó que ya estaba lo suficientemente grande para ir a ese ambiente futbolero y dos porque se lo pedí como regalo de quinceañero. Fuimos a un clásico, recuerdo que mi papá hizo un esfuerzo y pagó occidente.

¿Siempre quisiste ser periodista deportiva?

No era lo primero que se me venía a la mente, yo quería ser veterinaria. Me empiezo a preparar en una academia para entrar a San Marcos principalmente porque era una universidad que podía costear en ese momento mis papás. Digamos que sí me gustaba, pero en ese mismo camino descubro la carrera de Periodismo Deportivo por un amigo del colegio. Me llamó mucho la atención, y él me incentivaba también, fue ahí cuando se me metió el ‘bichito’.

¿Cómo fue la reacción de tus papás cuando le comentaste que querías ser periodista deportivo?

En un principio yo sentía que era una culpa mía, se los dije con lágrimas en los ojos. Me alegró mucho porque, más allá de escuchar reclamos, recibí mucho el apoyo de ellos. Para esto, mis papás no son universitario, mi papá era taxista y mi mamá vendía desayunos como ambulante en Miraflores. Cuando vino la pandemia empezaron a vender postres desde la casa, y mi papá repartía, había épocas allá en Miraflores que yo veía como el serenazgo se llevaban los carritos de mi mamá. Imagínate, mi mamá teniendo que luchar por sus cosas, yo al costado, gritando para que no pase, si es algo que me duele (empieza a llorar).

¿Te imaginaste llegar a ser narradora?

Me propuse a hacer algo distinto desde que ingresé al salón de clases, no solo para mí, sino también para que valga la pena todo el sacrificio que mis papás hicieron. Al principio no apuntaba por mi mente, hasta que coincido con el profesor Miguel Portanova, el olímpico como le suelen llamar, ya que él no solo te hablaba y te narraba futbol, sino de cualquier deporte. Él no me hizo sentir rara al momento de narrar, no tuvo ningún problema en el que una mujer quisiera hacer algo nuevo y en un área que él conoce muy bien, creo que esta influencia fue determinante.

¿Tuviste algún periodista que sea como un modelo a seguir?

En ese momento donde yo me formaba y aparecía recién el relato para mí, no conocía a ninguna mujer que lo hiciera, por eso que no lo tomé como una referencia. Entonces, para mí la influencia siempre fueron varones, tales como Roberto Zegarra, Ítalo Villareal, Efraín Trelles, Miguel Portanova, porque tuve la oportunidad de compartir con alguno de ellos en Radio Nacional. En cuanto al extranjero, siempre fue el ‘Bambino’ Pons, porque tiene el estilo que yo intento reflejar en mi narración, tanto informativo como divertido.

¿Recuerdas tu primera experiencia como narradora?

Mi primera experiencia frente a la exposición con el público fue en las ‘Mundialistas’ en el Facebook de Latina. Yo narraba los partidos de Rusia 2018 junto a dos comentaristas también mujeres, y los comentarios eran desagradables, nos mandaban a lavar, a la cocina o al SPA, fue bien chocante, en especial para mí porque se la agarraban más conmigo por ser una narradora mujer. Eso me deprimió como un mes, no sabía si era lo suficientemente fuerte para esto, empecé a dudar, pero con la ayuda de mi familia y el entorno periodístico que me formó es que vuelvo a tomar fuerzas.

¿Tienes alguna frase con firma propia que le sueles agregar a tus relatos?

Algunas, me gusta decir mucho “En el corazón del área”, cuando me preguntan no me acuerdo (se ríe), pero, cuando estoy en plena transmisión, me encanta aportar una cuota más de compañerismo con los muchachos, involucrar al espectador con los comentarios, tratar de brindar algo más que solo fútbol. Estoy descubriendo poco a poco mi estilo, me siento mucho más cómoda y con mucha más confianza a diferencia de cuando debuté.

¿Cuál fue la experiencia más agradable que hayas tenido en tu carrera?

La Copa América allá en Brasil es el logro más grande que he tenido como narradora, desde los estadios fue una cosa bravísima para mí, y me gustó porque hubo comentarios positivos en cuanto a lo mío y fue ahí cuando vi que esto ya no era una cosa inimaginable como en algún momento lo pensé.

Veo que estás muy involucrada en el fútbol femenino...

Sí, estamos a puertas de la Copa América Femenina, he tenido la oportunidad de narrar las finales de la Liga Femenina. Es como un aliado, entre todas las mujeres darnos la mano, el generar un ambiente que nos hagan sentir cómodas, seguras, siento que es el ambiente más sano que pueda haber en el fútbol mismo. A pesar de las carencias que pueda tener y que también está en proceso de crecimiento, es importante que los comunicadores estemos involucrados para que todo el Perú sepa que existe el fútbol femenino y que necesita nuestro apoyo.

A tu corta edad, ¿te consideras una referente del periodismo deportivo?

Que pregunta tan profunda (se ríe). No creo, yo sé que hay gente que me ve como una referente, pero yo no lo siento como tal. No siento que hoy por hoy sea consciente de lo que quizás en un futuro represente, seguramente en algún momento muchas chicas se atrevieron a narrar porque me vieron y abrí ese camino, peo no lo siento real todavía, sino como una más. Soy una comunicadora con una grande labor y una enorme responsabilidad.

Has hecho radio, televisión y prensa escrita, si tuvieras que elegir solo una, ¿cuál sería?

Es difícil, porque como crecí con la radio, para mí la radio es lo más bonito de la vida. Me encantaría tener la oportunidad de volver a hacer radio, es uno de mis sueños.

¿Qué te gusta hacer en tus tiempos libres?

Me gusta leer mucho, escuchar música, pero así a un nivel donde encuentro la paz total, disfruto mucho de la soledad. De ahí me dedico a mis animales, tengo cuatro perros y cuatro gatos, me sensibilizo bastante con los animales, y cada vez que puedo o tengo un espacio libre de mi trabajo voy a visitar a mis papás.

¿Cuál es tu más grande sueño?

Tengo muchos sueños, es algo que me caracteriza, soy una persona muy soñadora. Dentro de ellos se encuentra narrar a la Selección Peruana en un Mundial, ya sea femenina o masculina, y mi otro sueño es que mi voz no se escuche solo aquí en el Perú, sino también en el continente, que la gente sepa quién es Rosa María Muñoz.