Al editar la nota abridora de OJO de este domingo 12 de junio, era imposible sacar de mi mente aquella tarde del domingo 23 de junio de 1985 cuando a mis 13 años y sentado en una banca de la vereda de la casa de Tejapata, en la ruta Mito-Chachapoyas (Amazonas), a donde fui por algún mandado de la profesora que trabajaba en mi pueblo, escuché en una radio a pilas el trascendental partido de Perú ante Argentina, quizás -para mi gusto-igual en importancia al de este lunes ante Australia.

Aquella vez solo el triunfo servía para clasificar a México 86, pues la Albiceleste tenía un punto más que la Blanquirroja. El triunfo era muy difícil pero no imposible. Sin embargo una derrota o un empate eran digeribles,

Argentina adelantó a los 12′ por intermedio de Pasculli y las esperanzas se alejaban. Sin embargo, Perú se sobrepuso y empató a los 23′ con gol de Velásquez, tras un cabezazo pase de Uribe. Y fue por más, a los 39′ Barbadillo pusó el increíble 2-1 tras una magistral jugada de Cueto, que años después pude ver por video y no me canso de disfrutarlo. Así se fueron al descanso y había que conservar ese resultado en el segundo tiempo. Pero Argentina no iba a quedarse de brazos cruzados. Y sucedió lo que los 18 millones de peruanos de entonces no esperábamos:, pero no pudo bloquear un shot rasante desde la derecha en medio del lodazal que se había convertido el Monumental de River Plate. Como consuelo, a Perú le quedaba el repechaje, pero todo luego fue una lágrima que duró 36 años.

Este lunes, la Bicolor tiene una cita similar, donde solo el triunfo es lo que vale. Por si acaso, al frente no estarán Maradona y compañía. Estará Australia, acostubrada a jugar repechajes, pues hasta eliminó a Uruguay por penales para Alemania 2006. Es decir jugará tranquila, esperando el momento adecuado para aplicar el golpe.

Y solo espero que este lunes no se convierta en aquella tarde lejana de 1985.

(Por Herzon Pinedo)