Carolina Salvatore nació en la ciudad de Mar de Plata, Argentina. (Crédito: GEC)
Carolina Salvatore nació en la ciudad de Mar de Plata, Argentina. (Crédito: GEC)

Hay algo que tiene bien presente y es la pasión. Llegó a Perú para formar parte del recordado programa dominical por solo seis meses. Sin embargo, las puertas no dejaron de abrirse ante el talento y carisma de la argentina, que siempre estuvo ligada al deporte desde pequeña.

Sin temor a los cambios, hoy con diez años de experiencia en el país, ‘Caro’ la rompió en distintos programas nacionales. Tras su amplia experiencia en la prensa, actualmente se desempeña en como comentarista, convirtiéndose en una de las voces principales del periodismo deportivo. Salvatore no se guarda nada con OJO y hasta habla del amor.

¿Soñaste con ser periodista deportiva?

Sí, lo tenía súper claro. En ese tiempo no había periodistas deportivo mujeres, pero me acuerdo que un día, mi viejo se bajó a comprar un tarro de pintura, yo creo que tenía 7-8 años, y estábamos escuchando la transmisión de Víctor Hugo Morales, que es el narrador del gol a los ingleses de Maradona. Él era un “crack” en deportes. La cosa es que mi papá se baja y yo me quedo en el carro con mi mamá, y recuerdo que yo le dije a mi mamá: “Yo quiero hacer eso que hace él, pero no hay mujeres que lo hagan” y mi mamá: “Tranquila que cuando vos seas grande va a haber mujeres que lo hagan”. Una visionaria, nunca me cortaron mis sueños ni nada.

¿Dónde estudiaste la carrera?

Yo estudié en el instituto deportivo del Mar del Plata, tres años, de manera paralela estudié Realizador Integral de Radio y Televisión, y después hice la Licenciatura de Periodismo en la Universidad FASTA.

¿Siempre te ha gustado el fútbol?

Yo era súper fanática, tanto que a los 14 años yo le pedí una grabadora a mi papá. Entonces yo iba por los hoteles y decía para hacer notas. Creo que era en Malasia 97 (Copa Mundial Sub 20), donde salió campeón el equipo juvenil Sub 20 de Néstor Pékerman. Recuerdo que fui con un grabador y bajaron tres jugadores, varios de ellos jugaban en Argentinos Juniors. Les hice la nota, de ahí me fui a una radio, toqué la puerta y dije: “Tengo una nota con los jugadores del Sub 20″. Yo era bien metida.

¿Lo heredaste o fue por cuenta propia?

Lo inculqué sola, mi papá y mi hermano estuvieron muy vinculados a los autos. Yo amo a los autos, pero el fútbol es otra cosa. Yo era una enferma del fútbol, mi cuarto eran todos con los postes del Gráfico, todo de fútbol y mis amigos entraban y decían “¿Este es en cuarto de mi hermano?”.

¿Cómo inició tu carrera como periodista?

Yo empecé a trabajar pagando derecho de piso, muchas cosas por puro Currículum, y en el 2001 empecé a estudiar italiano, me salió la oportunidad de hacer un “Work and Travel” en Italia de tres meses, y me terminé quedando un año, pero antes de eso había mandado mi CV a un canal de Mar de Plata. No me habían llamado, entonces me fui a Italia. Cuando volví a Argentina para firmar mi pasaporte, me llamaron después de un año. De ahí tuve una entrevista, era para hacer espectáculos, yo no sabía nada, pero les gustó mi onda. Luego empecé a ser reportera de noticiero, hice policiales, judiciales, deportes, entre otros.

¿Y cómo se abre la oportunidad de trabajar en Perú?

Salió la oportunidad de estudiar una especialización en periodismo económico, era de la Agencia EFE de noticias y a los 10 mejores promedios nos llevaron becados a España. En esos 10 mejores había dos peruanos, nos hicimos muy amigos de ellos. Luego, llegué a Argentina y dije: “Tengo que salir, conocer el mundo y tener una experiencia profesional afuera”. Escribí, mandé mi Curriculum, y me respondieron de Frecuencia Latina, entonces, comencé a mandar material para Reporte Semanal y Séptimo Día. Pero en un momento dije: “A ver, tengo seis meses para irme a Panamá, iba a trabajar en un diario, pero seis meses antes me gustaría ir a Perú”. Me dijeron que venga y seis meses se convirtieron en 10 años.

Llegaste a debutar en conducción...

Un día faltó Melissa Peschiera y me tocó hacer “Reporte Semanal”, tenía todavía mucho acento argentino, y bueno, igual confiaron en mí. Les gustó y justo Lorena Álvarez iba a tomar la conducción de lunes a viernes y quedaba ese espacio los domingos. Entonces empezamos a hacer los noticieros los domingos. Estaba en Reporte, en los noticieros de los domingos, luego empezó el “Bendito Programa Deportivo”, y fue todo un vértigo que nunca terminé parando.

¿Siempre tuviste esa facilidad para hablar en cámara?

Intento siempre en lo que se vea, es lo que soy yo con mis errores. Me gusta que me vean naturalmente a mí, no me gusta impostar. Creo que eso es un poco que con la seguridad y con los años, que uno va confiando en uno mismo, y si hay alguien que no le gusta, no le gusta.

¿Cómo llegaste a dedicarte específicamente al deporte?

La gran oportunidad me la termina dando Eduardo Guzmán, con “Lucho” Trisano, me llaman y me dicen que van a empezar un panel de debate de fútbol y yo: ¿Qué voy a estar debatiendo con tipos?, te estoy hablando de hace cuatro años, en ese entonces no había mujeres que debatían, y encima salía para radio nacional. Bueno, ahí arranqué y me pude dedicar al 100% al deporte, de ahí a los dos años me llaman de GOLPERÚ y me preguntan si me animo a comentar y sí, así fue.

Fuiste la primera mujer en comentar un partido de fútbol aquí en el Perú...

Para mí fue un desafío enorme y un reto personal, decir: “Bueno encaro esto y quiero hacerlo bien”. No importa el género, y no por ser mujer, sino porque quiero hacerlo bien. Me preparé con un profesor, yo ya venía haciendo relato. Me preparé con un comentarista, empecé a estudiar táctica, hice una maestría de Coaching y Psicología Deportiva. Intento ver el fútbol muy 360°.

¿Recuerdas cuál fue el primer partido que comentaste?

Creo que fue un partido de Sporting Cristal. Eso sí, recuerdo que fue en estudio, me tocó con Vicente Cisneros y Jaime Guerrero. Cuando me llegó el desafió dije que sí, fueron dos tres meses que yo me pude preparar, y hasta el día de hoy conservo esas prácticas. Sé que yo tengo un partido y le dedico 4-5 horas. Pero, bueno, el primer partido que comenté no me quiero ni escuchar (se ríe).

He visto por redes sociales una pichanga entre mujeres de distintos canales...

Yo hago responsable de esto a Camila Zapata y a Talía Azcarate (periodistas de DirecTV), que “arrugaron” (se ríe). La verdad, nunca se pudo concretar, pero siempre que las veo les mando un mensaje.

¿Recuerdas algún evento u entrevista que te hayas sentido orgullosa de tu labor?

Estaba haciendo los reportajes para la Cumbre de las Américas que se hizo en Mar del Plata, y también estaba la contracumbre que la organizaba Hugo Chávez, Evo Morales, era un quilombo. En esa contracumbre Maradona apoyaba, entonces había un caos de periodistas internacionales. Recuerdo que, en medio de toda esa multitud, en un momento yo le pregunto algo y él logró darse vuelta, me contesta direccionando la mirada a pesar de tanta gente. Fue una cercanía muy grande.

¿Alguien a quien quisieras entrevistar?

A Hernán Crespo, que es el amor de mi vida (se ríe). Mis amigos me dicen: “Has entrevistado a todo el mundo menos a Hernán Crespo”. Entrevisté a gente que yo siempre admiré, a Martín Palermo, que fue goleador de Boca Juniors, pero nunca a Hernán Crespo, es una cosa que no se puede creer.

¿En algún momento recibiste malos comentarios en redes?

Por ejemplo, mi Twitter está silenciado. No veo, porque si quieres pensar que yo no sé, si quieres mandarme a la cocina, ok, hazlo, pero ¿por qué yo te tengo que estar leyendo? Yo creo que cada uno es responsable de lo que deja entrar a su vida. Yo sé lo que soy, sé lo que hago, lo que me esforcé y no tengo que andar rindiéndole cuenta a la gente, a menos que me equivoque y amerite una disculpa.

¿Sufriste algún acto de xenofobia en todos estos años?

Sí, pero, sería súper ingrato decir: “Sufrí un acto de xenofobia”, ¿parrillera? recontra, ¿gaucha? recontra. Yo me siento inmigrante en todos lados, pero en un lugar tengo que estar (se ríe).

No le tienes miedo al cambio, al parecer...

No, es que me han pasado cosas en la vida que me llevaron a hacer cambios extremos en mi vida personal y a partir de eso no le tengo miedo a nada. Mañana me toca esta misma profesión, mañana me dicen que tengo trabajo en otro lugar, me voy o me caso mañana. Pero nunca dejaría de trabajar. Creo en las ganas y en la posibilidad de reiniciarse de las personas.

¿Cómo ves la dirección técnica de tu compatriota, Ricardo Gareca?

No tengo identidad con un equipo, pero sí con la selección peruana, no sé si es cuestión de hinchaje, pero a veces me cuesta observar con claridad o me da bronca que critiquen. Lo de Ricardo Gareca creo que hay cosas con las que puedo coincidir o no, pero claramente me parece una persona que amerita toda la confianza por parte de nosotros. Hay una admiración por el trato del grupo, mantener la confianza del equipo, un respeto. Ya son siete años que lleva a cargo Gareca.

¿Sientes que Perú ha evolucionado en la Era Gareca?

El respeto que hoy tiene Perú es por parte muchas selecciones, incluyendo a la Argentina. Le consultaban a la gente que entraba al estadio y decían: “Ojo con Perú, se le tiene mucho respeto”. Somos impredecibles, y eso es gran mérito de Gareca, no de hacer que Perú juegue bien o que los jugadores peruanos jueguen bien, es hacerles creer que son buenos. Creo que eso era el click que faltaba.

¿Tienes algún sueño?

Profesionales, miles, me encantaría comentar fútbol en una cadena internacional, afuera, seguir viajando, seguir conociendo el mundo, porque esta profesión nos permite movernos, estar acá y en cualquier lugar. Me encantaría cubrir un Mundial, es un sueño que tengo y que lo voy a cumplir. Después la vida me va llevando a distintos sueños personales, tal vez una familia.

¿Y el novio?

No, hace tres años que estoy sola. Lo que pasa es que tengo en claro lo que quiero y lo que no quiero, paro viajando, comparto con amigos. Tengo que encontrar a una persona que le guste ese ritmo de vida y espero encontrar a alguien tan apasionado como yo. No me molestaría si esa persona me acompaña a mí o yo tengo que acompañar a la persona, la cosa es sentir la admiración por alguien y esas ganas de vivir. No es fácil de encontrar.