El coronavirus no es el mismo que surgió en Wuhan a fines de 2019. Hay nuevas variantes y estas son las que empiezan a predominar. En Francia, por ejemplo, las autoridades estiman que la variante surgida en el Reino Unido ahora representa aproximadamente la mitad de los casos de COVID-19. En Bélgica, la situación no es muy distinta. A mediados de febrero, el 38% de los casos confirmados habían sido producidos por la cepa británica, considerada más contagiosa. Hoy, son más del 53%.
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Con varios de los países empezando a relajar los confinamientos y cuarentenas, algunos expertos temen que las nuevas cepas nos regresen a los días iniciales de la pandemia. “Con las diferentes variantes que circulan en la región, nos enfrentamos a una serie de epidemias”, señaló Jean-Stéphane Dhersin, subdirector científico del Instituto Nacional de Ciencias Matemáticas de Francia y responsable de la plataforma de modelado MODCOV19.
El Gobierno británico explica en su sitio de internet dedicado a la pandemia que “más de 4.000 variantes del SARS-CoV-2 (coronavirus que causa la COVID-19) han sido identificadas en todo el mundo”. De acuerdo con los especialistas, solo una pequeña proporción de ese abanico es fuente de preocupación para la salud pública.
Cepas problemáticas
Entre las variantes más conocidas están la británica, sudafricana y brasileña. Estas comparten una mutación denominada N501Y, que podría convertirlas en más contagiosas. Pero ello no necesariamente hace que las vacunas sean inútiles. Estudios preliminares hechos por distintos laboratorios han mostrado que la efectividad se reduce con cepas como la británica, pero no significativamente.
No obstante, las variantes sudafricana y brasileña tienen otra mutación, llamada E484K. Esta reduciría la inmunidad adquirida bien por haber superado la enfermedad, con una posibilidad por tanto mayor de reinfección, bien mediante vacunas.
Dos estudios publicados por científicos de los laboratorios Pfizer/BioNTech y Moderna mostraron que la cantidad de anticuerpos protectores producidos tras la inyección de estas dos vacunas es menos importante cuando se está en presencia de la variante sudafricana (en comparación con la variante inglesa o con el virus clásico). Ello da a entender que la protección es más débil, señala la agencia de noticias AFP.
Un estudio similar demostró que es mucho más difícil una protección contra la variante sudafricana a lo largo del tiempo.
“Probablemente seguirán emergiendo variantes contra las cuales las vacunas actuales podrían ser menos eficaces”, advierte el Centro Europeo de Prevención y Control de Enfermedades (ECDC). Por ello, se ha instado a los laboratorios a adaptar sus vacunas a las nuevas cepas. Entre tanto, la solución más confiable es seguir manteniendo el distanciamiento social, uso de mascarillas, el lavado de manos y desinfección.
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