Por orden judicial, el investigado expresidente Jair Bolsonaro usa desde ayer una tobillera electrónica que le fue colocada por la Policía Federal para monitorearlo 24 horas al día, tras observar indicios de riesgo de fuga.

Además de la tobillera, no debe salir de casa entre las 7 de la noche y 7 de la mañana, de lunes a viernes, y los fines de semana y feriados las 24 horas del día. Tampoco podrá utilizar redes sociales ni contactarse con embajadores y diplomáticos extranjeros o hablar con otros procesados.

Bolsonaro, de 70 años, que gobernó Brasil entre 2019 y 2022, afronta un juicio por supuestamente liderar una conspiración golpista contra su sucesor, Luiz Inácio Lula da Silva.

“Es una suprema humillación”, dijo Bolsonaro a su salida de la sede policial, en Brasilia, y reiteró que “jamás” conspiró contra la democracia ni pensó huir del país.

Donald Trump en la polémica

“Este juicio es político”, dijo al acusar a la justicia de atacar a la extrema derecha. Luego señaló que su hijo, el diputado Eduardo Bolsonaro, “está en Estados Unidos luchando por la democracia y la libertad”.

Además, hizo referencia a los aranceles aplicados por Estados Unidos a Brasil (50%) por disposición del presidente Donald Trump, quien le ha expresado su apoyo por una supuesta “persecución” en su contra.

Lula aseguró que la justicia brasileña es “un poder independiente” y que “intentar interferir” en ella “es un grave atentado contra la soberanía nacional”.