El papa Francisco estuvo dos veces en riesgo directo de muerte. (Foto: Andreas SOLARO / AFP)
El papa Francisco estuvo dos veces en riesgo directo de muerte. (Foto: Andreas SOLARO / AFP)

El personal que atendía al papa en el hospital Gemelli de Roma, donde se le salvó la vida, consideró en un momento suspender su tratamiento ante la gravedad de su estado de salud para que pudiera morir en paz.

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Tal era la gravedad del estado del Francisco que parecía que lo más humano era dejarlo descansar.

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Sin embargo, la decisión fue hacer todo lo posible y se hizo y así se logró salvar la vida del papa.

Decisión vital

Así lo reveló ayer, al periódico italiano Corriere della Sera, el profesor Sergio Alfieri, médico que dirigió el equipo que atendió al sumo pontífice durante los 38 días internado en el referido nosocomio.

“Tuvimos que elegir entre detenernos y dejarlo ir o forzarlo e intentar con todos los medicamentos y terapias posibles, con el altísimo riesgo de dañar otros órganos. Y al final, optamos por esta opción”, declaró.

Por todo

La decisión de continuar con el tratamiento, cuando parecía que el papa estaba por morir por los efectos de una neumonía bilateral, la pidió Massimiliano Strappetti, enfermero de Francisco, quien solicitó a Alfieri, como este recuerda, que “intenten todo, no nos rendiremos”.

“Eso era lo que todos pensábamos también. Y nadie se rindió”, indicó el médico al recordar que el momento más crítico ocurrió el 28 de febrero, cuando el santo padre sufrió una severa crisis respiratoria e inhaló su propio vómito.

Decir la verdad

Alfieri recordó que “desde el primer día (el papa) nos pidió que le dijéramos la verdad; quería que dijéramos la verdad sobre su estado” y “nunca se cambió ni se omitió nada”.

Francisco salió del hospital el domingo 23 de marzo tras 38 días hospitalizado y se recupera en la residencia papal de Santa Marta.

El papa sufrió varias crisis respiratorias durante su estadía en el hospital y dos de ellas pusieron en grave peligro su vida.

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