La catedral de Notre Dame, en París, Francia, reabrió ayer sus puertas con un nuevo esplendor tras el devastador incendio que la redujo a cenizas hace cinco años y medio. Sin embargo, las inclemencias meteorológicas han obligado a cambios de último momento, trasladando toda la ceremonia al interior del templo.
La parte oficial y política como la religiosa de la ceremonia se realizaron dentro de la catedral debido a las fuertes rachas de viento pronosticadas en la región.
El arzobispo de París, Laurent Ulrich reabrió oficialmente la catedral de Notre Dame con un rito que ha consistido en llamar solemnemente a las puertas golpeando con su cruz y esperar la respuesta del templo gótico, que ha sido entonada por los coros en su interior, antes de cruzar el umbral.
Los cantores de Notre Dame pronunciaron el salmo 121 de la Biblia -”A las montañas levanto mis ojos; “¿De dónde vendrá mi socorro? Mi ayuda proviene del Señor, creador del cielo y la tierra”.
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Líderes del mundo presentes
A la ceremonia, que se ha tenido que reajustar por culpa del viento y la lluvia y que ha comenzado con el tañido de las campanas de la catedral, asistieron decenas de dirigentes de todo el mundo, como el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, y la primera dama, Jill Biden; la primera ministra italiana, Giorgia Meloni o el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski.
El primer ministro en funciones, Michel Barnier, se ha encargado de las primeras bienvenidas. Cuando ha llegado Zelenski pocos minutos después de Macron y ha entrado en la nave restaurada, el presidente ucraniano ha sido recibido con aplausos.
Algunos de los asistentes se hacían fotos con el multimillonario empresario Elon Musk, también presente en esta ceremonia en la que ha habido una nutrida representación de la realeza europea, como el príncipe Guillermo de Gales o los reyes de los belgas, Felipe y Matilda.
Presidente al pie de las campanas
Ya con todos los invitados dentro, la señal del comienzo de la ceremonia ha venido de las campanas, que el presidente Emmanuel Macron, su esposa y la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, han escuchado en pie ante la fachada.
A continuación el arzobispo de París, acompañado de otros clérigos, ha hecho una breve procesión con la cruz de madera con la que ha golpeado a las puertas (hecha con madera recuperada de las ruinas del incendio de abril de 2019).
Tras abrir las puertas se ha dirigido a la pila con el agua bendita antes de volver al exterior para invitar a entrar a Macron, a la primera dama francesa y a la alcaldesa parisina.
“Hemos descubierto lo que las grandes naciones pueden hacer, realizar lo imposible”, resaltó el presidente francés Emmanuel Macron. Se refería así a la promesa de reinaugurar el emblemático templo en tan solo 5 años y medio, y devolverle todo su esplendor tras el incendio que lo dejó parcialmente destruido el 15 de abril de 2019.