“Todas las personas a bordo del aparato murieron”, informó la vocera del Comité de Investigación ruso, Svetlana Petrenko, minutos después de que un avión comercial con cerca de 50 personas se estrellara ayer en una zona boscosa de la región de Amur, en el extremo oriente ruso.
El avión era un biturbohélice Antonov An-24 utilizado en vuelos de corta distancia, que viajaba entre las ciudades de Blagoveshchensk y Tinda.
El gobernador de la región de Amur, Vasili Orlov, indicó que 48 personas murieron, después de decir que iban a bordo 49. La agencia de prensa rusa TASS afirmó por su lado que en la aeronave viajaban 46 personas, entre ellas dos niños y seis tripulantes.
“Un grupo de socorristas está examinando los lugares del incidente, y llevando a cabo operaciones de búsqueda. De momento, no hay sobrevivientes”, indicó en Telegram el Ministerio de Situaciones de Emergencia.
Víctimas
En un comunicado, la compañía de ferrocarriles rusa afirmó que cinco de sus empleados iban en ese avión. Igualmente viajaba un ciudadano chino, según el consulado general de China en Jabarovsk.
Los socorristas habían visto el fuselaje en llamas desde un helicóptero a 16 kilómetros de la localidad de Tinda. El avión pertenecía a la aerolínea Angara Airlines, con sede en la región de Irkutsk, en Siberia.
El siniestro ocurrió en un “lugar de difícil acceso”, en medio de una zona boscosa, de donde se veía salir una coluimna de humo.