La modesta casa en que el papa León XIV vivió hasta los 14 años, en el número 212 de la calle 141 de Dolton, un barrio marginal de Chicago, Estados Unidos, atrae a fieles católicos en peregrinaje.
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La casa se halla en un barrio marcado por el pandillaje y la venta de drogas, y atrae hoy a peregrinos, periodistas y curiosos de todo el mundo.
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Fieles rezan, tocan sus paredes y se toman selfis para recordar el emotivo momento.
Humildad
La casa se compró el año pasado por 66 mil dólares, se ofrecía reparada a 200 mil y hoy, que se sabe la habitó Robert Prevost, se espera venderla en medio millón de dólares.
Robert Francis Prevost, nombre de civil de León XIV, creció con dos hermanos más en esta casa.
Un baño
“Tenían un solo baño, se me hace difícil imaginar a tres niños bajando cada noche por esas escaleras tan empinadas para ir al aseo”, relata un contratista que estuvo hace un año dentro, precisamente para realizar obras que adecentaran la vivienda antes de sacarla al mercado. No tocaron, eso sí, el patio trasero, lleno de hierbajos que nadie se ocupaba de podar.
Cambio casi total
El contratista, que no quiere dar su nombre, detalla que con su empresa cambiaron “prácticamente todo: nuevas ventanas con doble cristal, un suelo de madera flotante, nuevas tuberías, conducciones de gas y hasta el tejado y la barandilla exterior”.
Es decir, el pequeño Robert vivía tras unas maltrechas ventanas donde se cuela el gélido frío de Chicago, una ciudad en la que el invierno dura seis meses.
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