Si se vive con diabetes o se busca perder peso, hay formas simples de hacer que el arroz sea más saludable.

Primero, es fundamental controlar la porción: ½ taza cocida es suficiente como acompañamiento. Para reducir el índice glucémico, se recomienda elegir arroz integral, que contiene más fibra y eleva la glucosa de manera más lenta.

Otro truco es enfriar el arroz cocido y luego recalentarlo; este proceso incrementa el almidón resistente, que no se digiere completamente y genera menos glucosa.

También se puede añadir vegetales picados al arroz (como coliflor, zanahoria o zapallito italiano) para aumentar el volumen con menos calorías. Cocinarlo al dente, evitando que quede muy blando, ayuda a que su absorción sea más lenta.

Por último, combinar el arroz con una proteína (pollo, pescado, huevo) y grasas saludables como aceite de oliva o palta mejora la respuesta glucémica. Son pequeños cambios que marcan una gran diferencia en la salud.

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