Un hombre de 46 años sufrió el impacto de una bala hace 14 años pero jamás le tomó importancia. Hasta que fue directo a la sección de urgencias por un dolor fuerte a un hospital en Chicago, Estados Unidos.
El caso se dio a conocer en la revista The New Engalnd Journal of Medicine, se conoce que el proyectil quedó encajado en la parte posterior de su fémur y jamás fue retirado.
Con el paso del tiempo la bala se fue desintegrando hasta que quedó alrededor de la articulación . Las pruebas de laboratorio confirmaron que el hombre tenía anemia microcítica y un elevado nivel de plomo, por el compuesto de la bala.
Con una terapia se pudo retirar los residuos de plomo el flujo sanguíneo. Los médicos a cargo afirman que esta es una regla a la excepción, por que una persona con un impacto de bala sin retirar puede sufrir de envenenamiento sintomático.
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