El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, quien libra desde hace 10 meses una “guerra” contra las pandillas, presentó la cárcel “más grande de América”, donde encerrará a 40,000 presuntos pandilleros.

La megacárcel fue construida en una zona rural aislada en un valle cercano a Tecoluca, 74 km al sureste de San Salvador, y fue inspeccionada por Bukele. El predio de 166 hectáreas tiene una decena de pabellones que ocupan 23 hectáreas, explicó el ministro de Obras Públicas, Romeo Rodríguez, en una cadena nacional de radio y televisión.

Llamada por el gobierno “Centro de Confinamiento del Terrorismo”, posee sistemas de vigilancia con circuitos de video y escáner para la revisión de quienes ingresen. “Toda persona perteneciente a una estructura terrorista es la que va a ingresar a este centro de confinamiento”, aseguró el viceministro de Justicia y Seguridad Pública, Osiris Luna.

Los reclusos tendrán que trabajar

. En el interior la seguridad estará a cargo de guardias de la Dirección General de Centros Penales.

Las celdas son de concreto reforzado y tienen gruesos barrotes de acero. La prisión cuenta con pozos propios para extraer agua potable. Luna anticipó que los reclusos tendrán que trabajar en esta prisión. Bukele afirmó que los gobiernos salvadoreños anteriores “tenían a los pandilleros (presos) con prostitutas, con (equipos de) PlayStation, con pantallas, con teléfonos celulares, con computadoras [...], premiando al delincuente”.

El Mandatario no precisó cuándo serán trasladados a la megacárcel los primeros de los casi 63,000 presuntos pandilleros detenidos en el marco de la guerra contra las pandillas. Los masivos arrestos, criticados por organizaciones de derechos humanos, se amparan en un régimen de excepción que permite detenciones sin orden judicial.