Cada vez más parejas en Perú optan por formas de unión distintas al matrimonio tradicional. Más mujeres eligen la convivencia, y detrás de esa decisión intervienen factores como la edad, el nivel educativo, la economía y el lugar de residencia. Así lo revela el informe N°2 “Estados maritales de las mujeres en Perú”, del Observatorio de Familia del Instituto de Ciencias para la Familia de la Universidad de Piura.
TENDENCIA. La convivencia ya supera ampliamente al matrimonio entre las mujeres peruanas. En el grupo de 20 a 24 años, más de la mitad vive en pareja sin casarse, mientras que solo una pequeña parte ha dado el paso formal. El informe de la UDEP muestra que esta forma de unión se ha vuelto lo más común, sobre todo entre las más jóvenes.
EDAD. Las mujeres que viven en zonas rurales inician la vida en pareja a los 19 años, mientras que en las ciudades lo hacen a los 21. El informe también muestra que, a mayor nivel educativo, más se retrasa la convivencia o el matrimonio.
EDUCACIÓN. La convivencia es más común entre mujeres con menos estudios. Las que tienen educación superior tienden a seguir solteras. El informe sugiere que el nivel educativo influye en cómo y cuándo se forman las uniones de pareja.
LUGAR. Tanto en el campo como en la ciudad, convivir es lo más habitual. Pero es más común en zonas rurales (53 %) que en urbanas (45 %). En el ámbito rural, casadas y solteras se reparten porcentajes muy similares.
REALIDAD. El estudio menciona la teoría del “patrón de desventajas”. Mujeres con menos recursos eligen convivir como respuesta ante la inestabilidad económica. No es solo una preferencia romántica, también es una estrategia práctica.
Convivencia se asocia a mayor insatisfacción y menos acumulación de riqueza.
OJO AL DATO. La Mgtr. Gloria Huarcaya señala que la convivencia está más vinculada a insatisfacción, inestabilidad, violencia y menor riqueza que el matrimonio, con impacto social.
SOLTERAS. En zonas urbanas hay más mujeres solteras (23 %) que casadas (16 %). Las que estudian más y viven en ciudades suelen postergar o dejar de lado el matrimonio.
UNIONES. Las mujeres sin educación formal inician sus uniones a los 18.6 años. Las que tienen educación superior, a los 23.5. La tendencia se repite según nivel económico.
IMPLICANCIAS. Las formas de unirse hoy exigen repensar políticas sobre infancia, vivienda y protección social. Estas decisiones afectan mucho más que la vida en pareja.
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