Hola, soy Magaly Moro y leo todos los días tu caso del corazón para darte un consejo. Siempre protejo la identidad de las personas que me escriben porque esta historia podría ser la de cualquiera.
El amor nos impulsa a ser mejores personas, pero también nos puede cegar y poner contra la espada y la pared. En este espacio recibirás un consejo, el consejo de una amiga anónima. Ojo, esto no es una terapia. En muchos casos sí es importante recurrir a una, ya sea solo o en pareja.
Hoy te cuento la historia de Camila, de 27 años de San Miguel).
Doctora Magaly, necesito desahogarme porque no soporto más a mi cuñada. Se hace la mosca muerta, pero en verdad es una persona muy mala y fingida. Con todos se muestra como una chica buena, tímida y tranquila, pero yo ya le he visto la verdadera cara.
Desde que entró a la familia ha querido quedar como la víctima en todo. Hace comentarios pasivo-agresivos, mete cizaña, pero después se hace la que no entiende nada. Con mi suegra se muestra como una santa, y delante de mi hermano (su esposo) actúa como si fuera una mujer perfecta, cuando en realidad es manipuladora, envidiosa y bastante metiche.
Cada vez que puede, lanza indirectas o hace bromas que claramente son para incomodarme. Pero si yo reacciono, pone cara de inocente y me hace quedar mal. Ya ha logrado que varias personas de la familia piensen que yo soy la que tiene un problema con ella, cuando es todo lo contrario.
Me duele que mi hermano no se dé cuenta, porque él la defiende en todo. Y yo ya no sé si hablar claro o simplemente alejarme. No quiero armar un escándalo familiar, pero tampoco puedo seguir soportando su falsedad.
Me está afectando más de lo que quisiera admitir. A veces prefiero no ir a reuniones solo para no cruzármela. ¿Estoy exagerando o realmente estoy lidiando con una hipócrita profesional? ¿Qué puedo hacer para ponerle un alto sin que todo explote?
CONSEJO
Querida Camila, no estás exagerando. Si ya viste cómo es, toma distancia sin entrar en su juego. No necesitas pelear ni probar nada. Mantente firme, evita reaccionar y cuida tu paz. Si algún día hablas con tu hermano, hazlo desde lo que sientes, sin atacar. A veces, la gente se da cuenta sola, solo es cuestión de tiempo. La verdad, tarde o temprano, se revela sola.
