Una vista aérea muestra los escombros de edificios derrumbados y semiderrumbados en la ciudad de Jindayris, controlada por los rebeldes sirios, el 15 de febrero de 2023, luego del terremoto del 6 de febrero que azotó a Turquía y Siria. (Foto de Omar HAJ KADOUR / AFP)
Una vista aérea muestra los escombros de edificios derrumbados y semiderrumbados en la ciudad de Jindayris, controlada por los rebeldes sirios, el 15 de febrero de 2023, luego del terremoto del 6 de febrero que azotó a Turquía y Siria. (Foto de Omar HAJ KADOUR / AFP)

Cinco personas han sido rescatadas hoy con vida después de estar 9 días atrapadas entre los escombros tras los terremotos que devastaron el sureste de Turquía y ha dejado al menos 40.000 muertos en este país y en Siria.

El último rescate tuvo lugar sobre las 13.00 GMT en Antioquía, una de las ciudades con mayor nivel de destrucción, donde los equipos sacaron con vida a una mujer y a sus dos hijos pequeños de los escombros, tras 228 horas atrapados.

Solo una hora antes, los rescatistas pudieron sacar con vida a una mujer de 74 años, Cemile Kekeç, en la ciudad de Kahramanmaras, cercana al epicentro del sismo.

En la misma ciudad, una mujer de 42 años, Melike Imamoglu, fue descubierta con vida en un edificio derrumbado, después de que los equipos de búsqueda escucharan sus llamadas de socorro.

Según declaró un miembro del equipo de rescate al diario Hürriyet, la mujer no solo estaba sana y salva tras 222 horas atrapada entre los cascotes, sino incluso “mejor que los que estaban fuera”, algo inexplicable, aseguró.

Estos cinco rescates casi milagrosos se añaden al de otra mujer, Fatma Güngör, de 77 años, que fue salvada poco antes de la medianoche pasada en la ciudad de Adiyaman.

Las bajas temperaturas, que han estado cercanas a cero grados en toda la región afectada, o incluso inferiores, pueden en ciertas circunstancias facilitar la supervivencia de las personas atrapadas, según han explicado a EFE expertos del equipo de bomberos de Madrid, que participó durante varios días en los rescates.

Los cascotes de hormigón protegen contra el frío extremo y al no hacer calor, el cuerpo no suda y no se deshidrata de la misma forma como lo haría en verano, cuando las posibilidades de supervivencia serían de apenas dos o tres días, explicaron.

La cifra de fallecidos por los dos sismos, de fuerza 7,7 y 7,6, supera ya los 35.000 en Turquía y los 5.000 en Siria, pero se teme que aún puede subir mucho más, cuando empiecen a retirarse los escombros.

Fuente: EFE

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