La mujer peruana es símbolo de lucha y perseverancia. Según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), en los últimos diez años, la cifra de mujeres que trabajan se ha incrementado en 23,2 % y ese avance le ha abierto las puertas al género femenino para conquistar diferentes rubros, incluso aquellos que eran dominados por varones. En este especial, diario OJO comparte tres historias de damas que se incursionaron en sectores con predominancia masculina y lograron destacar haciendo  una línea de carrera.

Evelyn Poma: “Siempre tuve ganas de superarme”

Esta madre luchadora nunca la tuvo fácil. Cuando llegó a trabajar como grifera por primera vez, tenía dos hijas a las que debía cuidar sola y el sueño de salir adelante para darles una mejor oportunidad. En ese momento, atendía las islas de despacho en la estación PRIMAX de Zárate pero su talento la llevó a laborar en diferentes estaciones de Lima.

“No podía dejar solas a mis hijas. Organicé mis horarios para poder cuidarlas. Trabajaba de madrugada, cocinaba para mis niñas y estudiaba. Dormía solo 4 horas”, recuerda entre lágrimas. Sin embargo, todo su esfuerzo dio grandes frutos. Luego de estudiar su carrera técnica en Administración, la madre de familia pudo avanzar en su oficio y ahora dirige una estación de servicios en PRIMAX. “Siempre tuve ganas de superarme”, confiesa.

Su siguiente meta es convalidar sus estudios técnicos en una universidad para obtener un título. Además, también sueña con estudiar gastronomía y tener su propio negocio.

Silvia de Tomás: “En el rubro cervecero nos apoyamos entre mujeres”

Una de las pocas mujeres expertas en el mundo de la cervecería artesanal en el Perú. Ingresó a este rubro desde muy chica, pero al crecer se enamoró del potencial creativo de esta bebida y trabajó arduamente para posicionar sus productos a nivel nacional e internacional.

Actualmente, está a cargo de Two Brothers, la marca de cervezas que creó junto a su hermano, y también dirige Cebichela, el restaurante donde la gastronomía peruana y la cerveza maridan en armonía. Además, también enseña y capacita a todos los interesados en aprender sobre el tema. “Somos pocas las mujeres en este rubro. Cuando viene una chica con ganas de aprender, trato de apoyarla. En el rubro cervecero nos apoyamos entre mujeres”, comenta.

Rosario Herrera: “Las oportunidades están, pero hay que buscarlas”

Rosario Herrera tiene 22 años trabajando en el puerto de Matarani. Fue parte de las 20 mujeres de la primera promoción de trabajadoras del Terminal Internacional del Sur (TISUR). Durante esa época, las tareas operativas se confiaban únicamente a la fuerza laboral masculina.

A pesar de ser una de las pocas mujeres trabajando en el puerto, nada la detuvo. Rosario reconoce que fue un reto para ella, pero pudo capacitarse gracias al programa de inserción que organizó TISUR. “En esos años, el trabajo para la mujer no era abierto. No teníamos muchas oportunidades”, recuerda. Inició haciendo el conteo de las cargas, pero su perseverancia la ayudó a crecer dentro del puerto y ahora es Supervisora de Documentación.

“Las oportunidades están, uno tiene que buscarlas. Estamos en otra época, tenemos que estudiar, prepararnos y ser competitivas”, finaliza Rosario.

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