Todo padre de familia tiene el derecho y deber de estar involucrado en la de sus hijos, aunque algunas veces no esté de acuerdo con el trabajo de los maestros. Esta misma disconformidad puede provocar peleas y resentimientos innecesarios que, en lugar de motivar al estudiante, lo terminan por confundir.

De acuerdo con Elisa Ramos, psicóloga de Ediciones Corefo, la pandemia del COVID-19 y el nuevo método de educación a distancia es la oportunidad ideal para mejorar la comunicación y convivencia entre apoderados y profesores. Para lograrlo, da las siguientes recomendaciones:

Evita la negatividad

Si esta pandemia nos ha enseñado algo es que de nada sirve quejarnos constantemente. Tenemos que trabajar en abrir nuevas posibilidades y proponer soluciones con frases como “yo pienso que el curso debe llevarse de una manera diferente” o “creo que se podría implementar” alguna mejora específica en clase. Muchas veces no nos damos cuenta cuando estamos siendo muy críticos con las personas y esto no ayuda a comunicarnos de manera efectiva, clara y útil.

Reconoce su esfuerzo

La acelerada implementación de las clases a distancia no ha sido fácil para nadie, ni para los alumnos ni sus maestros. Incluso si tienes alguna sugerencia o problema en la clase, reconoce en primer lugar el esfuerzo que ha implicado para el profesor adaptarse a este nuevo sistema. Conversar con él los ayudará a afinar detalles; no se trata de un conflicto, sino de un proceso conjunto de mejora.

Confía en el docente

Más allá de cualquier diferencia que pueda existir, recuerda que el maestro es un profesional y quiere lo mejor para tu hijo o hija. Confía en él y en su trabajo. La confianza es vital en toda conversación. La falta de confianza -o incluso de respeto- puede quebrar una buena relación entre padres y maestros. Es importante que se preste atención al punto de vista de la otra persona para conocer las molestias o problemas que se están enfrentando.

Reconoce tu responsabilidad

No olvides que la educación de tus hijos es un trabajo en el que también tienes injerencia y responsabilidad. No todo lo que ocurre es culpa o problema del docente. También es importante que te involucres en el proceso y consultes al profesor o profesora cómo puedes ayudar a tu niño. Respeta su opinión, acepta sus consejos y aplícalos.

Transmite optimismo y respeta a tu hijo

Todo niño es capaz de aprender, tal vez a un ritmo distinto o con herramientas diferentes, pero siempre será capaz de cumplir con los objetivos académicos que le corresponden. Lo peor que un padre puede hacer es pensar que su hijo es incapaz o castigarlo. Lo mejor es que, de la mano del docente, creen un plan para motivarlo y hacer crecer su interés por los estudios. Esto traerá mejores resultados.