La testosterona también tiene su momento de decadencia. ¿Las evidencias? La musculatura flaquea, hay una barriga cervecera y el varón duerme mal. Además, el apetito sexual y las erecciones, las principales armas de virilidad, son también afectadas por ese gran problema que deviene con la edad: la andropausia.
Según el portal elmundo.es, la andropausia ocurre a partir de los 45 años y son más notorios los casos en los cincuenta.
A diferencia de la menopausia, la andropausia presenta síntomas más esporádicos y de diferente intensidad en cada hombre. En pareja, este se muestra inestable y con un líbido muy decaído.
Los signos de padecerla son depresión, ganas de llorar sin motivo aparente, pérdida del apetito sexual y disfunción eréctil, cansancio o debilitamiento muscular.
En estos casos, el apoyo de la pareja es vital para que pida ayuda médica y muestre comprensión y paciencia. Actualmente la ciencia salió al rescate y los tratamientos de reemplazo hormonal con testosterona empiezan ya a ser tan populares como los que se aplican en la mujer durante la menopausia.
Ante la escasez de testosterona, puede presentarse un evento cardiovascular o la tendencia a sufrir síndrome metabólico: diabetes, colesterol y aumento de la tensión arterial.
Entre las técnicas que debe recomendar su especialista de cabecera, estas son los algunos métodos:
Gel. Se aplica en la piel todas las mañanas en lugares del cuerpo sin vello para que se absorba mejor.
Parches de testosterona transdérmico. Se coloca antes de ir a dormir y se deja actuar durante 24 horas. Conviene elegir la espalda, el estómago, los muslos o los brazos, siempre que no sean zonas propensas a la sudoración profusa.
Inyección intramuscular. Su ventaja es que se administra cada tres meses.
Existen otras vías, como los comprimidos de testosterona, pero son menos eficaces y el riesgo de efectos secundarios es mayor.
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