El cáncer de mama es la neoplasia más común en mujeres peruanas y una de las principales causas de muerte. Cada año se reportan 7,797 nuevos casos y 1,951 muertes, lo que equivale a cinco fallecimientos diarios. El 21 % de los casos corresponde al tipo triple negativo, una forma agresiva y de alto costo. Nueve de cada diez mujeres son diagnosticadas cuando las posibilidades de curación ya son limitadas.

Este panorama fue expuesto en el conversatorio “El rol de informar sobre el cáncer de mama en el Perú”, organizado por ¡Por un Perú que te cuide!, con información respaldada por el Observatorio Salud360°.

En la ruta de atención existen serias barreras. En la etapa de detección, el avance es mínimo: de una meta de 2,024,629 mujeres entre 50 y 69 años que deberían acceder a mamografía, hasta junio de 2025 solo se habían realizado 9,228 exámenes. En el diagnóstico, hay un déficit importante de médicos patólogos: solo hay 154 a nivel nacional y 72 de ellos están en Lima. Algunas regiones, como Amazonas y Huancavelica, carecen completamente de estos especialistas. En cuanto al tratamiento, hay apenas 15 cirujanos de mama en todo el país, 9 de ellos concentrados en la capital.

La inequidad geográfica también se evidencia en la disponibilidad de personal. Lima concentra el 55 % de los radiólogos y tecnólogos médicos, mientras regiones como Madre de Dios o Tumbes apenas cuentan con entre cinco y seis especialistas. Esta desigualdad implica que una mujer fuera de Lima tiene hasta 20 veces menos probabilidades de acceder a diagnóstico y tratamiento oportuno.

El impacto económico es considerable. Tratar a 1,637 mujeres con cáncer de mama triple negativo demandaría más de S/49 millones anuales solo en pembrolizumab. En cambio, realizar mamografías a las 7,797 mujeres diagnosticadas habría costado menos de S/1 millón. La falta de prevención no solo incrementa los costos, sino que agrava los desenlaces clínicos.

En 2025, el presupuesto asignado a la detección fue de S/6,475,187, con una ejecución del 70 % hasta junio. Sin embargo, el número de tamizadas es muy bajo. En contraste, en agosto se adquirieron 14,800 unidades del medicamento pembrolizumab por un valor de S/95,460,000. Esta cifra es casi 14 veces mayor que todo el presupuesto para mamografías, lo que evidencia una estrategia centrada en el tratamiento tardío más que en la prevención temprana.

Frente a esta realidad, se proponen acciones urgentes: ampliar la cobertura de mamografía y fortalecer el primer nivel de atención; implementar la Red Oncológica Nacional para garantizar equidad; actualizar y unificar guías clínicas; negociar precios de medicamentos e incorporar biosimilares; y mejorar la supervisión del presupuesto destinado al cáncer (Programa 0024). Sin un cambio en el enfoque de prevención y acceso temprano, el cáncer de mama seguirá afectando vidas, familias y al sistema de salud en su conjunto.

Más información disponible en el Observatorio Salud360°:

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