Magaly Moro | magalymoro@prensmart.pe
Ricardo (45 años, Surquillo). Doctora Moro, muchas gracias por darme un espacio en su reputada columna. En esta ocasión acudo a usted con una preocupación que tengo sobre la mujer de la que me he enamorado. Yo estoy divorciado, pero he empezado a tener citas casuales con la ilusión de encontrar el amor.
En una de estas salidas conocí a Luisa, una mujer encantadora que me ha robado el corazón con su buen sentido del humor y su personalidad cautivadora. El único problema es que en su foto de Facebook salía con mascarilla y, cuando nos vimos de forma presencial por primera vez, me di cuenta de que tiene una nariz muy extraña.
Todo de ella es hermoso, pero siento que ese pequeño defecto arruina su rostro por completo. He sentido la tentación de insinuarle que se haga una operación, pero me da mucha vergüenza decírselo y que se lo tome a mal.
No me considero una persona superficial, pero su nariz de verdad es muy grande e, incluso, tiene un pequeño lunar de carne que empeora la situación. La amo, pero no puedo verla a la cara y me preocupa que mi exmujer se burle de ella por no ser tan atractiva. Ya hemos tenido un par de citas más serias y Luisa me ha preguntado si formalizaremos nuestra relación, pero me siento inseguro.
No quiero limitarme en el amor, pero no sé si pueda convivir con su defecto pues me resulta muy poco atractivo. ¿Qué debería hacer?
OJO AL CONSEJO
Estimado Ricardo, estás siendo muy injusto. El físico es la primera puerta para la atracción, pero en el amor no lo es todo. No juzgues a Luisa por su nariz poco agraciada. Si tu corazón siente amor genuino por ella, dale la oportunidad sin pensar en el qué dirán. La personalidad y carisma de tu amada fue lo que capturó tu atención, enfócate en ello y olvida lo demás.