Magaly Moro

Marlene (30 años, Cañete). Señora Magaly, tengo un problema. Resulta que mi novio tiene un gato llamado Gringo al que quiere como a un hijo. Cuando Pedro, mi pareja, y yo comenzamos nuestra relación él ya tenía al felino. No me había comentado cómo el minino había llegado a sus manos. Recién me enteré de esto hace casi un mes.

Un día cuando almorzábamos recibió una llamada que no respondió. Nuevamente recibió otra que tampoco contestó. Al recibir una tercera llamada recién respondió. Él dijo: “Hola, Alondra, ¿Qué pasa?”. Luego de una breve conversación se despidió.

Yo le pregunté: “¿quién es Alondra?” y él me respondió: “es mi exenamorada. Lo que pasa es que Gringo es su gato. Bueno, es mi gato y de ella. Lo que pasa es que ella me lo regaló cuando éramos pareja”.

Yo le consulté: “¿siempre hablas con ella?” y Pedro me respondió que cada cierto tiempo lo hace porque lo llama para saber del gato. Le comenté que eso no me parecía correcto porque yo era su enamorada. “Esas conversaciones tienen que terminar. Es tu gato, te lo regaló, ustedes ya no son pareja y ahora estoy yo en tu vida. Supongo que entiendes”, le dije.

Pensé que Pedro me diría que sí, pero me pidió que entienda que su ex quiere al gato y que lo llama para saber de él. Entonces, le dije: “bueno, ya tomaste tu decisión” y me fui. Desde entonces, me llama y escribe. En sus mensajes me dice que lo disculpe y que necesita verme. Señora Moro, si acepto conversar con él y me dice nuevamente que entienda a Alondra, ¿qué hago?

OJO al consejo

Estimada Marlene, te aconsejo que aceptes hablar con Pedro. Solo así podrás saber qué es lo que te quiere decir. Tal vez ya habló con Alondra y le dijo que no lo llame más. Sin embargo, si él nuevamente te pide que comprendas la situación hazle ver lo que tú sientes. No es bueno para su relación que él siga hablando con su ex. Pídele que sea empático y se ponga en tu lugar.