Magaly Moro

Norma (24 años, San Juan de Lurigancho). Doctora Moro, soy una fiel lectora de su columna desde hace varios años y nunca pensé que necesitaría de su consejo para poder tomar una decisión con respecto a mi vida amorosa.

Le comento que tengo una relación con Juan Antonio, un joven muy apuesto que conocí hace tres años en la universidad. Actualmente tenemos diez meses de enamorados y, desde que empezamos a salir, nuestro romance se ha basado en las salidas culinarias, a pesar de estar en una pandemia. Nos encantaba conocer nuevos restaurantes y probar sus platos estrellas. Muchas veces bromeábamos diciendo que la comida chatarra nos unía. Debido a eso, subí de peso siete kilos. Mis amigos que me veían después de tiempo me decían que parecía embarazada por lo hinchada que estaba.

A raíz de ese incremento de peso, desde julio de este año decidí cambiar mi estilo de vida. Dejé la comida grasosa por las ensaladas e incluso me matriculé en el gimnasio.

Empecé con ese cambio de vida y le pedí a mi enamorado que dejemos nuestro tour culinario de comida chatarra. Al inicio aceptó, pero luego de dos semanas me empezó a recriminar de que estaba harto de comer solo vegetales.

Doctora, increíblemente eso nos está trayendo muchos problemas. Me gusta mucho mi novio, pero me da cólera que no me apoye con esto y se porte así. ¿Cree que debería terminar con él? ¿Qué hago?

OJO al Consejo

Estimada Norma, si quieres salvar tu relación, lo mejor que puedes hacer es encontrar el momento para hablar con tu pareja y explicarle lo importante que es para ti ese cambio de estilo de vida. Estoy segura que en ese diálogo encontrarán otras cosas en común. No creo que solo la comida chatarra los una. Eso sí, te aconsejo que no dejes los platos saludables porque traen muchos beneficios.