Cargar a tu bebé es una de las acciones más frecuentes durante sus primeros años de vida, pero hacerlo de forma incorrecta puede causar molestias físicas a los cuidadores, especialmente a las madres, quienes suelen hacerlo durante largos períodos. Por eso, es clave conocer técnicas ergonómicas que no solo favorezcan el bienestar del bebé, sino también la postura de quien lo sostiene.

Un estudio publicado en el International Journal of Clinical Obstetrics and Gynaecology indica que entre el 50 y 80% de las mujeres experimentan dolor lumbar durante el embarazo, y que éste puede persistir en los primeros meses posparto. Este malestar suele estar relacionado con el esfuerzo físico constante que implica levantar, cargar y amamantar a los bebés, especialmente cuando no se adoptan posturas adecuadas.

Nícida Ferreyros, obstetra y educadora postnatal, sostiene que, si no se cuida la técnica desde el inicio, es probable que con el tiempo se acumulen tensiones que afecten el bienestar del cuidador, especialmente en la zona lumbar, la parte superior de la espalda, hombros y cuello, áreas que soportan gran parte del esfuerzo físico diario.

“Un recién nacido puede pesar entre 2,5 y 4,5 kilos, pero ese peso va aumentando rápidamente y, antes del primer año, muchos ya superan los 11 kilos. Si consideramos que una persona puede cargar a su bebé decenas de veces a diario, se debe evitar sobrecargar una sola zona del cuerpo y variar las posturas para prevenir padecimientos a largo plazo”, explicó la especialista.

Con pequeños cambios en tu postura o movimientos, puedes proteger tu espalda y sentirte mejor en el día a día. La obstetra Ferreyros junto a Babysec te comparten 4 técnicas para cargar a tu bebé de manera segura y sin afectar tu postura:

1.- Acércalo a tu cuerpo: Antes de levantarlo, colócalo lo más cerca posible de tu pecho para que el esfuerzo no recaiga en tu espalda baja. Evita estirarte o levantarlo con los brazos extendidos.

2.- Flexiona las rodillas, no la cintura: Cuando tengas que alzarlo desde una superficie baja (como la cuna o el suelo), agáchate flexionando las rodillas, mantén la espalda recta y usa la fuerza de tus piernas para impulsarte.

3.- Alterna los brazos: Si lo cargas en brazos por periodos largos, intenta cambiar de brazo con frecuencia para evitar tensiones desiguales en hombros y columna.

4.- Apóyate en portabebés ergonómicos: El porteo tipo fular o mochila, bien colocado, te permite distribuir el peso del bebé de manera más equilibrada, lo que facilita el movimiento y te deja las manos libres para otras tareas. Sin embargo, antes de usarlo con recién nacidos, es crucial asegurarse de que el bebé pueda mantener una postura segura que favorezca su respiración, tal como recomienda la Academia Americana de Pediatría.

Es importante recordar que las molestias físicas suelen ser temporales y van mejorando si adoptas una posición correcta al cargar a tu bebé. Sin embargo, si los dolores persisten más de dos semanas o interfieren con tus actividades cotidianas, consulta con un médico.

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