El transporte público puede ser complicado cuando se viaja con niños, especialmente en ciudades como Lima donde los frenados son bruscos, las maniobras intempestivas y la multitud de pasajeros pueden poner en riesgo la seguridad de los más pequeños. Por eso, es vital tomar medidas preventivas para asegurarse de que los niños estén siempre seguros y cómodos durante el recorrido.

SUJECIÓN SEGURA. Asegúrese de que los niños permanezcan cerca y bien sujetos durante todo el trayecto. Esto ayudará a prevenir lesiones o accidentes en caso de frenados bruscos o maniobras repentinas.

ASIENTO IDEAL. Se debe buscar un asiento que ofrezca mayor estabilidad y seguridad, como aquellos situados en la parte central del vehículo, lejos de puertas o pasillos. Es importante garantizar que el niño no esté en contacto con objetos que puedan causar daño o que lo expongan a caídas.

EVITAR DISTRACCIONES. Mantener la atención en los niños es clave. No deben jugar con objetos peligrosos ni distraerse demasiado, ya que esto podría hacerlos perder el equilibrio o exponerse a accidentes durante el trayecto.

EVITAR HORAS PICO. Es conveniente viajar fuera de las horas de mayor afluencia para evitar aglomeraciones. Esto facilita que se preste más atención a los niños y se reduzcan los riesgos de empujones o situaciones incómodas.

ATENCIÓN CONSTANTE. Se debe supervisar a los niños en todo momento, manteniendo contacto visual y asegurándose de que no se separen ni se expongan a peligros, como puertas que se abren o cambios bruscos de dirección del transporte.

DESARROLLO SOCIAL. De acuerdo con expertos, el transporte público es clave para el desarrollo social de los niños. Les enseña a interactuar con diversas personas, aprender cortesía y comprender el mundo, fomentando la tolerancia y empatía.

El transporte público favorece el desarrollo cognitivo de los niños al interactuar con el entorno, promoviendo habilidades espaciales y de orientación, según investigaciones.

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