De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), alrededor del 40% de la población mundial tiene algún tipo de dificultad para dormir. Y según la American Academy of Sleep Medicine, cerca de uno de cada cinco adultos no duerme lo suficiente y, por lo tanto, sufre de privación del sueño.

“Las noches mal dormidas provocan falta de atención, baja productividad y dificultades de aprendizaje, afectando la calidad de vida y las relaciones personales”, explica la Dra. Rocío Medina Badiano, especialista en nutrición clínica y obesidad, Copresidenta y Miembro del Consejo Consultor de Nutrición de Herbalife.

Pero eso no es todo. Estudios como el publicado en Sleep Medicine muestran que la privación del sueño está relacionada con la obesidad y el aumento de casos de diabetes. Otras investigaciones también asocian la falta de descanso con el desarrollo de hipertensión. Además, análisis como el del World Journal of Gastroenterology indican que el sueño insuficiente está vinculado a enfermedades inflamatorias intestinales y hepáticas, que pueden generar procesos inflamatorios y afectar la regulación del sistema inmunológico.

“Durante el sueño, el cuerpo regula todos sus sistemas, incluyendo el endocrino, por lo que la privación de sueño puede hacer que una persona sienta más hambre y tenga más ganas de consumir carbohidratos durante el día, por ejemplo. Sin mencionar que la falta de descanso también puede generar irritabilidad y mal humor”, explica la Dra. Medina.

Por eso, es fundamental buscar estrategias para mejorar la calidad del sueño. En el Día Mundial del Sueño, celebrado el 14 de marzo, la especialista comparte algunas recomendaciones para ayudarte a dormir mejor:

1. Mantén una rutina de sueño regular

Intenta acostarte y despertarte a la misma hora todos los días, incluso los fines de semana. Mantener un horario constante ayuda a que el cuerpo se acostumbre y facilita el proceso de conciliar el sueño.

2. Duerme el tiempo necesario

La cantidad de descanso necesaria varía de una persona a otra, pero en promedio, la mayoría de los adultos necesita entre siete y ocho horas de sueño por noche para sentirse alerta y bien descansada, de acuerdo con la American Academy of Sleep Medicine. Por lo general, los adolescentes requieren alrededor de nueve horas de sueño, mientras que los niños necesitan nueve horas o más, dependiendo de su edad.

3. Evita la cafeína por la tarde

“En general, se recomienda que la última taza de café se tome antes de las 16:00 horas, pero algunas personas más sensibles pueden necesitar suspender el consumo incluso antes”, señala Medina. Recuerda que la cafeína también está presente en otros alimentos y bebidas, como tés y refrescos.

4. Crea un ambiente adecuado para dormir

Asegúrate de que tu habitación sea un espacio tranquilo, oscuro, cómodo y libre de ruidos. Usa cortinas blackout y evita tener dispositivos electrónicos cerca. También es importante mantener la temperatura del cuarto fresca y bien ventilada, ya que un ambiente más fresco favorece el sueño profundo, según un estudio publicado en Science and Technology for the Built Environment.

5. Practica una buena higiene del sueño

Evita pantallas brillantes, como las de celulares y tabletas, al menos una hora antes de acostarte a dormir. La luz azul de estos dispositivos interfiere con la producción de melatonina, la hormona que induce el sueño. “Incluso las pequeñas luces rojas de los dispositivos en modo de espera pueden afectar este proceso”, advierte la doctora.

6. No comas justo antes de acostarte

Evita las comidas pesadas cerca de la hora de dormir, ya que el metabolismo se vuelve más lento en ese momento. “Lo ideal es que la última comida sea al menos dos horas antes de acostarse e incluya opciones ligeras, como ensaladas, verduras y carnes magras, como pescado o pollo”, aconseja Medina.

7. Haz ejercicio durante el día

Según una revisión de estudios publicada en la revista Cureus, la práctica regular de actividad física contribuye a una mejor calidad del sueño y puede incluso ayudar a manejar trastornos como el insomnio, además de reducir el tiempo necesario para quedarse dormido. Sin embargo, los ejercicios moderados son los más efectivos, mientras que las actividades de alta intensidad, especialmente en la noche, pueden dificultar el sueño.

8. Controla el estrés

El estrés y la ansiedad aumentan los niveles de cortisol, una hormona que interfiere con el sueño. Para contrarrestar esto, intenta practicar técnicas de relajación como meditación o respiración profunda.

“Si después de seguir estos consejos los problemas del sueño persisten, busca ayuda médica para identificar otras posibles causas”, recomienda la Dra. Medina.

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