En Perú se registran 7.797 nuevos casos de cáncer de mama al año, y afecta hasta en 18% a mujeres menores de 40 años, según Globocan. En este escenario, la campaña “Mi primera vez”, con el lema “No chequearse una vez al año, sí hace daño”, impulsada por Indyra Oropeza, fundadora de L de Leucemia busca inspirar a más jóvenes a tomar el control de su salud y exigir un sistema preparado para atenderlas.
En el mundo, la aparición temprana de cáncer en menores de 50 años aumentó en 79%, según la revista BMJ Oncology y se diagnostican 1.3 millones de nuevos casos anualmente en pacientes entre 19 y 39 años, según el Instituto Nacional de Cáncer de los Estados Unidos. Esto ha originado que muchos países incrementen sus presupuestos para la prevención oncológica, contrario a lo que sucede en nuestro país en donde el Ministerio de Salud redujo de S/121 millones a S/41 millones el presupuesto destinado a equipamiento médico oncológico y de esta cifra solo ejecutó S/6,4 millones a tres meses del cierre de año.
“Yo salvé mi vida porque me hice un control de rutina a los 20 años. No tenía ningún síntoma, pero ya tenía leucemia, ese chequeo me mantiene viva. Promover la detección temprana es muy importante, pero poco sirve si el sistema de salud no cuenta con más equipos ni infraestructura para tratar a quienes logran diagnosticarse a tiempo”, resaltó Indyra Oropeza, presidenta de Con L de Leucemia.
El objetivo de la campaña es romper los miedos y los tabúes a los chequeos médicos, sostiene Oropeza quien es testigo vivo del poder de la detección temprana, está convencida de la importancia de que el diagnóstico a tiempo salvará muchas vidas. La finalidad es generar esa conciencia en la sociedad.
Cabe señalar que una encuesta del Semáforo Oncológico de 2023, un 34% de mujeres diagnosticadas con cáncer de mama o cáncer de cuello uterino nunca se habían realizado un chequeo previo (mamografía o papanicolaou). Por ello, para Indyra Oropeza, fundadora también del Semáforo Oncológico, no basta solo con promover la detección temprana, sino también exigir políticas públicas que garanticen acceso y atención digna.
Para la fundadora de Con L de Leucemia, esta reducción solo puede responder a tres razones: una despriorización de la atención oncológica, mala gestión administrativa y falta de estrategia para mejorar indicadores de ejecución. “Cada hospital sin mamógrafo, cada equipo sin mantenimiento es igual a vidas perdidas. No podemos seguir normalizando eso. Queremos que los jóvenes cuiden su vida, tengan una cultura de prevención y sigan aportando económicamente al país, pero la prevención individual solo es efectiva si existe un sistema que acompañe y eso es lo que nos falta”, finalizó Oropeza. que espera abrir un debate sobre la responsabilidad estatal en la lucha contra el cáncer.
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