Las consecuencias de tener sexo 'por deber'
Las consecuencias de tener sexo 'por deber'

Existe la creencia de que el hombre siempre tiene la libido al tope y por ende no falta momento en que no esté presto a tener relaciones sexuales. Ella piensa que el debe hacerle el amor regularmente, así no tenga ganas. Él, por su parte, vive en una cultura en la cual el no poder satisfacer a su mujer es visto como debilidad. Ahí surgen los problemas

Pensar que hay  es convertir un acto de placer en un deber. Y eso, evidentemente, le quita toda la diversión. Para empezar, convierte la sexualidad en algo mecánico y rutinario (¡Aburrido!). Eso, a la larga, provoca insatisfacción y hace que disminuya el deseo.

El descenso de la libido no es lo único. La presión por tener que consumar el acto sexual genera disfunciones sexuales, las cuales son más evidentes en el hombre. Así es, hablamos de la temida incapacidad para lograr o mantener la erección.

Una solución es tomarse las cosas con calma, sin presionar al otro. Cuando ambos se sientan relajados, la excitación fluirá con mayor naturalidad y el goce volverá al sexo.

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