Identificar una pareja narcisista no siempre es fácil, ya que suelen mostrarse encantadores al principio. Sin embargo, con el tiempo, su comportamiento egoísta y controlador puede empezar a hacerse evidente.
En esta nota se resaltan algunas características de este perfil para que se puedan identificar a tiempo y evitar caer en una relación tóxica.
EGOCÉNTRICO. En una relación con un narcisista, todo gira alrededor de él. Se espera que la pareja centre su atención únicamente en sus necesidades, deseos y emociones. No hay espacio para las necesidades del otro.
FALTA DE RESPONSABILIDAD. Ante los problemas amorosos, el narcisista nunca acepta culpa. Se encargará de hacer que su pareja se sienta responsable de todo. No es capaz de reconocer sus propios errores ni ofrecer disculpas sinceras.
CONTROLADOR. El narcisista maneja las emociones de su pareja como una herramienta de control. Usa amenazas o promesas vacías para mantener la relación a su favor, generando dependencia emocional y manipulando
MINIMIZACIÓN DEL DOLOR AJENO. Cuando la pareja del narcisista expresa dolor o malestar, él minimiza o ignora sus sentimientos. De forma constante, le hará sentir que sus preocupaciones son irrelevantes o exageradas, sin validar su sufrimiento.
JUSTIFICACIÓN CONSTANTE. Siempre que se le enfrenta, el narcisista justifica su comportamiento. Negará lo que hizo, minimizando la situación o culpando a su pareja. En su mente, nunca es responsable de lo que sucede en la relación.
Reconocer las señales a tiempo puede evitar un gran desgaste emocional.
OJO AL DATO. Si en una relación una de las personas no reconoce su valor ni su voz, es momento de replantearse si ese vínculo realmente le suma o lo anula.
DESPRENDIMIENTO EMOCIONAL. El narcisista se aleja cuando las cosas no salen como quiere. Su partida busca que la otra persona se derrumbe y quede emocionalmente expuesta.
JUEGO EMOCIONAL. Usa amenazas o promesas vacías para mantener el control en la relación, creando dependencia y manipulando constantemente para que todo gire a su favor.
DESVALORIZACIÓN. No normalizar frases que ridiculicen o invaliden sus emociones. Eso no es humor ni sinceridad, es una forma de manipular y restarte valor.
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