Durante muchos años, a lo largo de la historia, el rol del padre se limitaba a ser el único proveedor económico de la familia, mientras que la madre se encargaba de la casa y la crianza de los hijos. No obstante, esta percepción ha ido evolucionando hacia una distribución más equitativa de las responsabilidades en la cual ambos padres cumplen un rol fundamental en la crianza de sus hijos.

La nueva paternidad deja atrás la figura de un padre autoritario, poco comunicativo y sin demostración afectiva para dar paso a uno interesado en establecer relaciones sólidas, amorosas y saludables con sus hijos. Aunque no siempre el padre y la madre conviven en el mismo hogar, lo que puede dificultar la crianza, pero no hacerla imposible. De hecho, tales circunstancias pueden servir como ejemplos para los hijos sobre cómo afrontar obstáculos y situaciones complejas.

“Los estudios indican que una paternidad activa entrega múltiples beneficios a los niños, debido a que influye positivamente en su autoestima al proporcionar un ambiente seguro y amoroso, donde valoran sus logros y habilidades y se les enseña habilidades sociales y emocionales” afirma la psicóloga María Elena Escuza, directora de la Escuela de psicología de la Univ. Norbert Wiener.

Por ello, en torno al Día del Padre, la especialista da a conocer cómo influye la presencia de papá en la vida de sus hijos

o Aporta al desarrollo emocional: La presencia activa y afectuosa del padre proporciona un sólido apoyo emocional para el niño. Este vínculo seguro y amoroso fomenta una autoestima saludable y ayuda al niño a desarrollar habilidades para regular sus emociones. Los niños que tienen un vínculo estrecho con su padre suelen tener una mayor capacidad para manejar el estrés y enfrentar los desafíos emocionales de la vida.

o Aporta al desarrollo social: El vínculo entre padre e hijo también influye en el desarrollo de habilidades sociales y relaciones interpersonales del niño. A través de la interacción con su padre, el niño aprende a comunicarse de manera efectiva, a establecer límites y a resolver conflictos de manera constructiva. Estas habilidades sociales son esenciales para construir relaciones saludables y exitosas en la vida adulta.

o Mejora el rendimiento académico: La participación activa del padre en la educación de su hijo puede tener un impacto significativo en su rendimiento académico. Los estudios muestran que los niños cuyos padres están involucrados en su educación, tienden a tener mejores calificaciones, mayor motivación y un mayor compromiso con el aprendizaje.

o Enseña resiliencia y autoconfianza: Los padres son una fuente de apoyo fundamental durante los momentos difíciles. Un vínculo sólido con papá brinda a los niños el apoyo necesario para enfrentar los desafíos con resiliencia y determinación. La presencia constante y el aliento de papá les enseñan a superar obstáculos con actitud positiva.

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