Un alimento saludable no se define por la cantidad de calorías, sino por la variedad de nutrientes y por la forma en que está preparado y combinado con otros insumos que mejoren la calidad nutricional.

No es lo mismo consumir un sándwich de hamburguesa elaborado con pan artesanal, carne molida y condimentos naturales, cocidos con una cantidad controlada de aceite, y añadiendo verduras frescas como lechuga y tomate, a comer una hamburguesa con carne muy procesada, cargada de aditivos y alta en sodio, cocinada con aceite reciclado sin control de temperatura.

Un sándwich de hamburguesa preparado correctamente es nutritivo y saludable. Este mismo concepto aplica a la repostería. No es lo mismo consumir una porción de crema volteada excesivamente dulce que una versión reducida en azúcar. Disfrutar los antojos también puede ser nutritivo y saludable.

TE PUEDE INTERESAR: