Y así como cuando un rayo de luz entra en medio de la oscuridad, esta noche abramos nuestros corazones y permitamos que ingrese la luz de la esperanza y la semilla del amor inmenso que solo Dios sabe llenar.

Este ha sido un año difícil para todos y en su complejidad nos ha mostrado lo vulnerables que somos a cambios inesperados o a que las cosas que esperábamos no lleguen cuándo o cómo queríamos. Es un año que nos entrena en la resiliencia, esa capacidad de sobreponernos y avanzar frente a la adversidad.

No permitamos que la desilusión nos derrumbe. El Perú es un país hermoso y su gente tiene un valor potente y es valiente y perseverante. Que todo el esfuerzo por nuestro bienestar y por nuestros sueños nos permita ser siempre luz para otros. No perdamos la mirada de las necesidades del otro y el sentido humano que nos debe caracterizar. ¡Feliz Navidad queridos lectores, que la paz y el bienestar reine entre nosotros!

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