Vanessa Tello

Actualmente se cuestiona si realmente es tan importante como se le atribuye. Hoy por hoy, con algunas pautas dietéticas en boga como la del ayuno intermitente, lo convierte en una comida que podría evitarse.

Particularmente, soy partidaria de que una alimentación balanceada incluye el desayuno, siempre que se respete las 12 horas de ayuno entre la cena y esta comida. Es decir, por ejemplo, si cenaste a las 8 p.m., el desayuno deberá ser al día siguiente a las 8 a.m., como mínimo.

El mejor alimento para empezar el día, sin duda, son los huevos. Pueden ser duros, pasados, revueltos o en omelet. Una excelente opción es agregar verduras.

También es necesario que contemple una opción de proteína, que puede ser algún tipo de lácteo descremado, pollo o atún. En el caso de comer fruta, preferirla picada que en jugo. Sumar una fuente de energía debe ser un carbohidrato complejo, alto en fibra como, por ejemplo, la avena, la quinua, choclo, yuca, harinas integrales, entre otros.

Recuerda que los carbohidratos deben consumirse con una porción medida, ya que en exceso pueden subirte de peso.

Tomar desayuno te permite tener una mejor distribución de energía durante el día, mayor concentración y atención. Además, es un excelente aporte de proteína, fibra y vitaminas que permiten mantener un metabolismo acelerado y tener un mejor control sobre la ansiedad.


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