Un estudio realizado por el Ministerio de Salud y Unicef revela que 3 de cada 10 niños y adolescentes peruanos de entre 6 y 17 años presentaron algún problema de salud mental. El estrés, la falta de sueño y la ansiedad han sido los problemas más habituales registrados a lo largo de la pandemia en estudiantes. Esto, obviamente, repercute en su desempeño escolar.

La relación entre alumno y profesor no consiste solo en impartir conocimiento; es también emocional y se trata de un aspecto que debemos fomentar y nutrir”, explica el psicoanalista Roberto Flores, especialista de Ediciones Corefo.

Este apoyo emocional es claramente difícil en un entorno de clases virtuales, pero eso no quiere decir que sea imposible. Estas son algunas maneras de contribuir al bienestar emocional de los estudiantes en la nueva normalidad que vivimos.

La mayoría están dirigidas a maestros, por lo que sería recomendable que los padres de familia se comuniquen con ellos y les sugieran implementarlas en clase.

1. Las emociones son parte del aprendizaje

“La neurociencia nos ha ayudado a comprender la estrecha relación entre las emociones y el aprendizaje. Toda la información que entra a través de nuestros sentidos primero es procesada emocionalmente y luego racionalmente. Hay que recordar que la emoción es muy importante en los procesos de atención, memoria y toma de decisiones”, afirma Flores. Por esto, recomienda a los docentes animar a sus estudiantes a tomar riesgos y experimentar con ideas y posibilidades, así los estudiantes sentirán mayor motivación y disminuirá su ansiedad.

2. Miedo a lo desconocido

Este es un temor común entre los estudiantes. Muchos sienten nerviosismo al no saber cómo se llevará la clase y qué se espera de ellos. Esto es especialmente importante en un contexto de transformación digital de la educación, en donde el modelo educativo está cambiando tanto. Por esto, es recomendable que el docente explique claramente lo que deben esperar del curso. En este proceso, sería ideal escuchar también las opiniones de los estudiantes, sus dudas y recomendaciones para adaptarse mejor a las clases virtuales.

3. Pausas necesarias

Una buena manera de reducir el estrés durante una clase es tener unos minutos de pausa. “Existe una técnica muy útil llamada PARAR (paro, atiendo, respiro, atiendo y regreso). Esta consiste en encontrar momentos en que podemos parar, respiramos por lapso corto de tiempo y seguimos con la clase. Esto es muy útil, por ejemplo, antes de la última clase del día o antes de un examen”, aconseja Flores.

4. Muestras de interés

Siempre van a surgir problemas en la clase. Ya sea por un alumno que se queda dormido, no ha hecho la tarea o no se encuentra rindiendo al nivel habitual. En cualquiera de estos casos, la reacción del docente no debería ser castigarlo, sino conversar con él y averiguar qué está ocurriendo. Tal vez sean problemas en casa, tal vez no logra mantener la concentración por factores externos. Cada niño es distinto y tiene necesidades diferentes. Lo mejor es escucharlos y plantear una estrategia conjunta con los padres de familia.

TE PUEDE INTERESAR

TAGS RELACIONADOS