La osteoartritis es un problema articular caracterizado por dolor, limitación a la movilidad y que puede ser causa de discapacidad. El dolor refleja el desgaste del cartílago, que amortigua el movimiento de la estructura ósea, y la respuesta del hueso a dicho desgaste. El mal afecta principalmente las manos, caderas, rodillas y columna vertebral convirtiéndose en la principal causa de discapacidad de los miembros inferiores en adultos mayores.

El Dr. Manuel Ugarte, médico especialista en Reumatología de la Clínica Javier Prado indica los factores de riesgo de esta enfermedad que es más frecuente en mujeres, además que la edad es uno de los factores de riesgos más reconocido debido a la pérdida de masa muscular y la inestabilidad articular. En tal sentido, el especialista añadió que “la obesidad es uno de los factores de riesgo más importante de aparición y progresión de la osteoartritis, pero no solo por el efecto mecánico (que afectaría principalmente columna vertebral, caderas y rodillas) sino también por el efecto inflamatorio de la osteoartritis, pudiendo afectar inclusive manos y hombros”, sostuvo.

Además, sostuvo que los pacientes que tiene un desgarro de ligamento cruzado de la rodilla, tienen más riesgo de osteoartritis en el futuro, así como pacientes que tienen alguna deformación tienen más riesgo de hacer osteoartritis en el futuro. Los trabajos con mayor demanda en algunas articulaciones tienen más riesgo de osteoartritis en dichas articulaciones, por ejemplo, los que tienen que cargar peso en el trabajo, tienen mayor riesgo de osteoartritis que los oficinistas.

El Dr. Ugarte, médico perteneciente de la Clínica Javier Prado, indicó que los síntomas que desarrolla esta enfermedad son:

  • Dolor, por lo general después del ejercicio y también al examen.
  • Rigidez: Es la sensación de que la articulación está “dura”, es decir, que hay dificultad para iniciar el movimiento, pero que puede ir mejorando conforme se empieza a mover la articulación.
  • Crujido en las articulaciones: es un sonido que se produce al flexionar y estirar las articulaciones.
  • Crecimiento de hueso: por la disminución del cartílago el hueso empieza a crecer y puede verse como si la articulación estuviera hinchada, pero en vez de ser líquido, es duro.
  • Disminución del rango de movimiento: se puede afectar cualquiera de los movimientos de la articulación.
  • Deformaciones: se pueden presentar deformaciones en las articulaciones afectadas.

Finalmente, el médico reumatólogo sostuvo que el tratamiento de esta enfermedad puede ser multidisciplinario, dependiendo de la sintomatología y añadió algunas sugerencias:

  • Reposo cuando el dolor es intenso, pero no hacer demasiado reposo, porque los músculos se debilitan y el dolor empeora.
  • Reducción de peso si es necesario, porque el sobrepeso aumenta el trabajo de la articulación.
  • Actividad física, porque tener una mejor masa muscular disminuye el esfuerzo articular. No obstante, si genera dolor al principio, debe ser evaluado para ver las mejores opciones de actividad física.
  • Calor o frío local: La mayoría de pacientes reportan mejoría con el calor, aunque algunos reportan mejoría con el frío.
  • Uso de analgésicos o antiinflamatorios: deben ser elegidos entre el reumatólogo y el paciente, dependiendo de las preferencias del paciente y su perfil de seguridad.

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