Ahorrar combustible en cada turno es un desafío común para muchos conductores, pero con algunos hábitos sencillos se puede reducir el gasto sin afectar el servicio. Estos consejos prácticos ayudan a optimizar el consumo día a día.
VELOCIDAD. Conducir a una velocidad constante y moderada mejora notablemente el rendimiento del combustible. Evitar acelerones y frenadas bruscas, además de mantenerse entre 40 y 60 km/h en ciudad, reduce el gasto y prolonga la vida útil del motor.
NEUMÁTICOS. Mantener la presión correcta en los neumáticos disminuye la resistencia al rodaje. Revisarla semanalmente es esencial, ya que una presión baja puede aumentar el consumo hasta un 15 por ciento, especialmente en climas extremos.
MARCHA. Cambiar a marchas altas cuando el motor gira a bajas revoluciones permite que el vehículo avance con menor esfuerzo, lo que reduce el consumo de combustible y evita que el motor trabaje en exceso.
ACCESORIOS. Limitar el uso de accesorios como aire acondicionado y equipo de audio reduce la carga en el motor. Usar el aire acondicionado sólo cuando es necesario y mantener las ventanas cerradas para conservar la aerodinámica mejora el rendimiento.
MANTENIMIENTO. Realizar mantenimiento preventivo cada tres meses o 5000 kilómetros mantiene filtros, bujías y sistema de inyección en buen estado, lo que reduce el consumo de combustible y previene daños mayores.
PLANIFICACIÓN. Elegir rutas que eviten congestiones y calles en mal estado reduce el tiempo en carretera y la carga del motor. Utilizar aplicaciones de tráfico en tiempo real ayuda a seleccionar trayectos más eficientes y económicos.
MANEJO RESPONSABLE. Adoptar una conducción consciente, anticipando el tráfico y evitando aceleraciones o frenadas bruscas, mejora el ahorro y la seguridad. Manejar con atención y paciencia es una forma eficaz de economizar combustible.
Apagar el motor si la espera supera los dos minutos evita el consumo innecesario en paradas prolongadas. Esta práctica contribuye a un uso más racional del combustible.
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