Con el creciente interés en alternativas más económicas y ecológicas para el transporte, el gas natural vehicular (GNV) ha ganado gran popularidad por el ahorro significativo de costos frente el uso de combustible tradicional, así como por sus ventajas ambientales y la seguridad que su uso representa. No obstante, junto con su creciente adopción, también han surgido conceptos erróneos en torno a esta fuente de energía.
Al respecto, Erick García, presidente del evento “Transporte Sostenible 2024″, derriba los mitos más comunes.
¿ES CARO?. García afirma que si bien el costo inicial de la conversión a GNV puede parecer elevado, los ahorros a largo plazo en combustible son significativos. Además, es posible recuperar la inversión es un periodo corto, especialmente si el vehículo se utiliza para actividades laborales como taxi, reparto de mensajería, entre otros.
RENDIMIENTO. Gracias a los avances de la tecnología, actualmente el mercado ofrece muchos kits de conversión diseñados para maximizar la eficiencia del motor. Así que contrario a lo que se cree, los vehículos convertidos a GNV pueden tener un rendimiento similar o, incluso, superior al de los que funcionan con combustibles tradicionales.
¿PELIGROSO?. La conversión a GNV es un proceso seguro cuando se realiza por técnicos certificados y con equipos homologados autorizados por el MTC. Por otro lado, el GNV es menos inflamable que la gasolina, lo que lo convierte en una opción más segura.
SERVICIOS. “La red de estaciones de servicio de GNV está en constante crecimiento. En muchas ciudades ya es posible encontrar una buena cobertura de estaciones que ofrecen GNV, y la tendencia es que esta red siga expandiéndose”, asegura García.
El GNV contribuye a la reducción de emisiones contaminantes, ayudando a disminuir la huella de carbono y mejorando la calidad del aire.
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