TANI es una organización que trabaja en el Perú desde 1978 buscando promover el bienestar de familias en situación de vulnerabilidad y ahora es finalista de los “Premios VIVA Schmidheiny”, un importante premio internacional, que reta a emprendedores sociales y les ayuda a fortalecer la gestión de sus proyectos.

Según Sara Cifuentes, representante de TANI, el premio monetario les permitiría ampliar la atención a los niños en Perú.

¿Cuándo y dónde votar?

El periodo de votación del público es del 5 de junio al 30 de Junio 2020 y la que tenga mayor cantidad de votos recibirá un premio de USD $1,500.

Para votar ingresa aquí:

Además, tres finalistas de cada una de las categorías viajarán al evento de premiación donde expondrán sus iniciativas ante un panel experto de jueces internacionales que seleccionarán a los ganadores: los primeros lugares de cada categoría recibirán un premio de USD $15,000; mientras que los segundos lugares obtendrán uno de USD $2,500.

El ganador se dará a conocer el 3 de Julio durante el evento de premiación virtual.

El trabajo de TANI en Perú

Su trabajo ha cambiado totalmente desde el inicio de la cuarentena por el , pero sigue encontrando en el día a día, aprendizajes y momentos que cambian profundamente.

1- La resiliencia

La ayuda alimentaria fue una de las nuevas acciones que decidimos poner en marcha. Pensamos que la mejor opción era donar alimentos crudos y que cada familia pudiera hacerlos en casa. Teníamos menestras, arroz y huevos gracias a una donación. Sin pensarlo mucho, le pasamos la voz a las familias alrededor de TANI y rapidamente lo que debía ser una entrega tranquila y pacífica se convirtió en un peligro real. El equipo tuvo que recluirse dentro del centro con decenas de mujeres que gritaban afuera que llamarían a la prensa para avisar que negábamos alimentos. Un drama para un equipo que realmente solo quería ayudar.

Aprendizaje: Las cosas pueden no salir como uno lo espera aunque se tengan las mejores intenciones. Parte importante de cualquier proceso es aceptar los errores (entre más rápido mejor) y plantear nuevas soluciones. La actitud resiliente es el mejor aliado. Desde el día siguiente implementamos un comedor comunitario que empezó ofreciendo comida cocinada a 10 personas y hoy alimenta a más de 70 familias diariamente.

2- El sentido de comunidad

Si bien ya habíamos decidido abrir el comedor, nos quedaban bastantes víveres que no nos servían para cocinar y no sabíamos bien como repartirlos. Ese mismo día en la noche, navegando en Facebook, encontré una página de vecinos de la zona en la cual nosotros trabajábamos. Era una página nueva y había sido creada por un joven que quería ayudar a su comunidad haciendo limpiezas y desinfecciones para cuidar a las personas.

Pensé que quizás la mejor opción era entregar estos víveres a un líder comunitario, que además esté demostrando valores ciudadanos increíbles y que este grupo, que tienen mapeadas las familias con mayores necesidades, hiciera las entregas directamente. Nuestro intercambio por chat duró 5 minutos y ya teníamos un plan.

En dos días, un grupo de jóvenes de la zona vino a TANI, organizó los alimentos, hicieron bolsas y aportaron aún más víveres que llevaron el fin de semana a las zonas altas del distrito donde las personas no podían bajar. Hasta el día de hoy, seguimos trabajando de forma conjunta asegurando que la ayuda llegue donde debe llegar.

Aprendizaje: El sentido de comunidad es vital para superar problemas comunes. Esta pandemia nos lleva a reflexionar sobre nosotros mismos y quienes somos, pero también sobre la vecindad que nos rodea, sobre la comunidad a la cual pertenecemos. Debemos reforzar nuestro sentido de comunidad, convertirlo en parte activa de lo que somos y de lo que hacemos.

3- Cambiando una vida por vez

Hace algunos días, el joven con quien tomé contacto para los víveres me escribió para contarme que un amigo suyo, de la comunidad también, acababa de tener un bebé que había nacido con un problema de salud que requería un biberón especial. Casos como estos hemos tenido cientos en TANI, sabemos lo complejos que son, y la importancia de contar con un sistema de salud en ese momento para asegurar la supervivencia del bebé. Un sistema de salud que ahorita no atiende estos casos y que no lo hará en varias semanas.

Apenas me lo contó, le escribí a todo el equipo a decirles que teníamos un desafío. Que este era un caso especial que no podía ser abordado como los otros cientos de casos de recién nacidos que estábamos ayudando por whatsapp o a través de videos. Debíamos hacer más de lo que habíamos venido haciendo.

Rápidamente identificamos los perfiles más idóneos en TANI que pudieran hacer un acompañamiento sensible, empático y profesional y organizamos la entrega de un extractor de leche. Hoy podemos decir con tranquilidad que ese bebé está fuera de peligro, que podrá lactar todos los días, que a pesar de los problemas crecerá, y estará fuerte. El trecho será largo, pero acompañar a esta familia y que el bebé esté bien, será nuestra motivo principal para seguir trabajando cada día.

Y aquí viene el aprendizaje final:

La situación actual genera, ante todo, una gran incertidumbre. Pero si podemos tener claridad sobre algunas cosas: nuestras acciones, nuestros pensamientos y como nos relacionamos con las personas que nos rodean. Que nuestras acciones sean bondadosas y empáticas, que nuestros pensamientos sean respetuosos (con nosotros mismos y los demás) y que en la forma en la cual nos relacionamos con las personas recordemos que lo que hacemos tiene un impacto. No sabemos si será grande o pequeño. Si le cambiará la vida a alguien o solo el día. Pero si todos intentamos hacerlo un poco mejor cada día, quizás saldremos de estas terribles circunstancias mejor de lo que pensamos.


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