Marino Valencia cumple 50 años llevando en alto la bandera de la , cinco décadas al frente de Los Diablos Rojos, emblemática agrupación que marcó época y que sigue haciendo bailar a nuevas generaciones.

¿Quién no ha disfrutado de ”, “Malambo”, “El chacarero” y “Pedacito de mi vida”?, temas que han tenido muchas versiones y han recorrido el mundo.

El músico y compositor de esos, y otros éxitos, sigue vigente y afirma que nuestra cumbia tiene su propia identidad y estilo.

“A diferencia de la colombiana en la que predomina el acordeón, saxo y trompeta, en la cumbia peruana resalta la guitarra eléctrica, además de la percusión y otros instrumentos”, dice el músico que se inició en el oficio tocando música criolla, pero tras la insistencia de importantes productores de la época, funda “Los Diablos Rojos” en 1970.

Historia de “Ojitos hechiceros”

“Siempre me gustó la música cubana y de allí viene la influencia en la creación de mis temas. Cuando me decido formar el grupo, habían muchos que sonaban fuerte, pero yo le imprimo ese estilo que pegó desde el primer hit ‘El Chacarero’, bajo el sello Sono Radio”, recuerda Valencia.

El compositor sabe que siempre será interesante conocer la historia detrás de las canciones, por eso, nos revela en quién se inspiró para crear “Ojitos hechiceros”, un éxito que fue hasta nombre de una telenovela.

Don Marino se remonta a 1981, Los Diablos Rojos tocan en un distrito de Ica y en pleno concierto él ve a una pareja de enamorados peleando. Cuando termina el show, baja del escenario, se acerca a la muchacha y le pregunta la razón del conflicto.

Mi enamorado me quería sacar del local para ir a otro lado, pero yo los vine a ver a ustedes, vine a bailar con Los Diablos Rojos”, repetía llorando la joven. Valencia saca su pañuelo, le seca las lágrimas y le dice: “tus ojos no deben llorar porque son ojos hechiceros”.

A los meses de la anécdota, él encuentra esa frase escrita en un papel que había guardado en el bolsillo de un saco. Con esa frase inicia la letra de “Ojitos hechiceros”, canción que graba con su grupo y que también popularizó el Grupo Néctar.

La música tropical peruana ya es parte del folclore peruano, todas con estilos diferentes como la norteña, la de la selva, la sureña y la limeña, pero todas ya son parte de nuestra identidad. Los Diablos Rojos de Marino Valencia tienen a cinco generaciones que han escuchado su música, y yo como peruano me siento orgulloso cuando escucho mis obras grabadas en el extranjero por grandes orquestas y populares cantantes. Yo mismo me pregunto y me respondo: creo que estuve en el camino correcto y no me equivoqué al decidir que mi elección de vida sería hacer música tropical”.

“Soy del barrio de Magdalena, a los 16 años ya agarraba la guitarra con mis amigos y tocábamos música de ‘Los Compadres’. Los ritmos cubanos eran mis preferidos”.


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