Peritos de la Policía llegaron al lugar donde quemaron vivo al sicario. Foto: GEC
Peritos de la Policía llegaron al lugar donde quemaron vivo al sicario. Foto: GEC

¡Justicia Popular! Lo que muchos consideran como única solución ante la inseguridad que se vive, un grupo de personas hizo justicia con sus propias manos en San Juan de Lurigancho, distrito declarado en estado de emergencia desde septiembre. Balearon, golpearon y quemaron vivo a un sicario, que momentos antes había asesinado a un padre de familia durante una fiesta de cumpleaños.

Según las pesquisas de la Policía, esas personas serían familiares y amigos de Aurelio Crisolo Cano (46), quien fue atacado por el asesino a sueldo.

Aurelio Crisolo Cano (46) fue atacado por el sicario que irrumpió en la fiesta y le disparó en la cabeza.
Aurelio Crisolo Cano (46) fue atacado por el sicario que irrumpió en la fiesta y le disparó en la cabeza.

AL DETALLE. La noche del jueves, él y otros parientes celebraban el cumpleaños 61 de un tío en una casa de la avenida América, grupo 2, sector C de Huáscar. Hubo cervezas, show de fuegos artificiales en el cielo y un pequeño concierto de cumbia hasta la madrugada del viernes. Ya casi al amanecer, un desconocido llegó a la reunión y disparó en la cabeza a Aurelio. Lo mató en el acto. Otras balas hirieron a los hermanos David (49) y César Huaytán Cano (47), a éste último en el cuello.

El pistolero corrió hasta una moto que lo esperaba cerca con otro cómplice; sin embargo, una o dos personas de la fiesta sacaron armas de fuego y les dispararon. Uno de los asesinos cayó de la moto a la pista.

La moto del sicario quedó chatarra tras ser quemada por los vecinos en San Juan de Lurigancho. Foto: GEC
La moto del sicario quedó chatarra tras ser quemada por los vecinos en San Juan de Lurigancho. Foto: GEC

LINCHAMIENTO. Familiares y amigos de Aurelio lo rodearon y con el combustible del tanque de la moto le prendieron fuego. Un video muestra cómo la candela y el humo se desprenden del cuerpo. Al llegar la Policía, apagó las llamas con un extintor y llevó al sicario al Hospital de Emergencia de San Juan de Lurigancho, pero llegó sin vida.

“Mi sobrino tenía su tienda, era empresario”, dijo la tía de Aurelio, quien había sido denunciado tres veces por violencia familiar, entre 2015 y 2017.

ALGO MÁS

Se recogieron 19 casquillos y una pistola. “Ojo por ojo, diente por diente”, dijeron algunos vecinos que apoyaron esta acción.


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