Los convivientes María del Carmen Quiroz Aspajo (29) y Santos Gabriel Villalobos Campos (32) fueron intervenidos por policías del Depincri Chilca, al ser los principales sospechosos del crimen de los esposos Diviana Farías González (26) y Jair Enrique Moreno Santos (25), ultimados en el inmueble donde vivían, en Mala, .

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En un inicio, ambos eran testigos del cruel acto sangriento, pero conforme pasaron las horas su situación cambió y se acogieron a la colaboración eficaz, es decir, brindar información a cambio de un beneficio en su pena. Ahora la Fiscalía ha dado 7 días de ampliación para la investigación de este doble crimen.

Como se recuerda, la madrugada del lunes 11 de enero, Jair Moreno, su esposa Diviana Farías y sus amigos María de Carmen Quiroz y Santos Villalobos estaban tomando unos tragos en la casa de los esposos extranjeros.

A la 1:30 de la madrugada, un sicario joven ingresó a la vivienda, ubicada en la avenida Marchand cuadra 5, y les dijo: “¡Agáchense y cuenten hasta cien!”. Luego preguntó: “¿Dónde están los chamos?”. Y enseguida se dirigió a Moreno, que estaba sentado en un sofá. Le apuntó en la cabeza y le disparó un balazo mientras le gritaba: “¡Coño, esto es por soplón!”.

Enseguida, el pistolero se dirigió al dormitorio y le disparó un tiro en la cabeza a la esposa, que estaba descansando en su cama. Luego salió sin decir una palabra y escapó por el mismo lugar por donde ingresó.

TESTIGOS

Cuando llegaron los policías, ellos permanecían en la casa y contaron cada detalle del fatal episodio. Se pensó que solo serían testigos, pero se convirtieron en los principales sospechosos.

Las víctimas habían llegado hace dos años de Venezuela. La mujer trabajaba en una notaría en Mala y él varón era mecánico de motos.

La hipótesis del crimen es una venganza y habrían más involucrados en este hecho de sangre.

La pareja de venezolanos se casó en agosto del 2020 y tenía planeado ayudar a sus familiares que llegan a Perú para trabajar.