Alas 4:30 de la mañana de ayer, un en estado de ebriedad conducía su auto, cruzó una calle con la luz del semáforo en rojo para escapar de sus colegas que lo perseguían y dejó cinco personas heridas. Ocurrió en el distrito de , donde el suboficial de primera Alan Ramos Quispe (34), tras notar que lo seguía un patrullero de la comisaría La Huayrona, emprendió su huída por al menos 30 cuadras por diversas calles y avenidas. Para poder capturarlo, la Policía activó el Plan Cerco y unos 20 patrulleros de comisarías y del Escuadrón de Emergencia Este 1, al cual pertenece Alan Ramos, se sumaron al operativo.

Durante la persecución, sus colegas realizaron varios disparos y este policía arrolló a Angel Torres Franco (64), que vendía golosinas en su triciclo en el cruce de las avenidas Jorge Basadre y Próceres de la Independencia. A pesar de esto continuó su fuga en su carro de placa F4M-522 y en el paradero 10 de la avenida Canto Grande colisionó contra un taxi. El conductor de este vehículo se dio a la fuga, mientras los tres ocupantes, quienes habían salido de su trabajo en una cadena de comida rápida: Bruno Fabián Fernández Palomino (20), Fernando Moisés Bruno Chinga (19) y Xuxa Alejandra Manco Salsavilca (29) resultaron con múltiples contusiones.

A raíz de este choque, el policía perdió el control de su auto y arrolló a María Isabel Tirado Gómez (23), cuando esperaba su carro para dirigirse a su base donde, junto a su hermana, se dedica a la recarga de tarjetas del Corredor Morado.

El agente intentó huir a pie pero fue detenido y trasladado a la comisaría. Al practicarle el dosaje etílico, el examen cuantitativo arrojó 1.39 gramos del alcohol por litro de sangre.

Los heridos fueron llevados al hospítal de Canto Grande, donde después de algunas horas fueron dados de alta. Familiares se quejaron de esta atención, pues varios de ellos aún presentaban serias lesiones.

Trascendió que el auto del esta mal efectivo, había sido repotenciado para hacer “piques”.

Dato

Unos 20 patrulleros se pusieron en acción para intervenirlo.

80 kilómetros por hora era la velocidad en que se desplazaba el agente policial ebrio.

El personal interviniente refirió que durante la persecución a balazos, una mujer que acompañaba al policía como copiloto, se aventó del vehículo.